Pogacar, otro día más en la oficina con exhibición en la Amstel
El esloveno conquista por vez primera la Amstel Gold Race tras un ataque definitivo en el Keutenberg, a 28 km de meta. Healy y Pidcock, en el podio.
Es el corredor total, y hoy en día solo la fortaleza de un equipo es lo que podría detenerle. En el uno contra uno, especialmente en este 2023, está demostrando no tener rival, y a cada carrera a la que se presente en la línea de salida es para ganarla. Así es la vida actualmente de Tadej Pogacar, convirtiendo en rutina lo extraordinario. El esloveno (tan solo 24 años aún) se impuso en la Amstel Gold Race, marcando otra ‘X’ en su laureado palmarés (ya son 57 victorias, 11 esta temporada), ya que la carrera de la cerveza no figuraba hasta el momento en su palmarés. Un ataque a 28 km del final, en el Keutenberg, fue el que le dio el triunfo tras soltar a Pidcock y Healy, que ocuparon las dos plazas restantes del podio. Bien es cierto que Pogacar era el gran favorito, tanto por los rivales presentes como por, sobre todo, su nivel, y cumplió los pronósticos.
En 2019, en su anterior presencia en la Amstel, abandonó por diarrea. Todavía no era imaginable el corredor que estaba por venir en los años siguientes. Esta vez, y siguiendo un orden configurado por el UAE (Matxin, uno de sus grandes valedores) para llegar al Tour de Francia de la mejor manera, el equipo y el propio Tadej vieron bien empezar el tríptico de las Ardenas desde el principio... y hacer las tres carreras. Flecha-Valona (otra que le falta de poner ‘X´) el miércoles, y Lieja-Bastoña-Lieja, el domingo y cuarto Monumento de la temporada, volverán a contar con la presencia del esloveno. Fue una carrera fría en cuanto al clima, calentado por los miles de aficionados presentes en las carreteras neerlandesas (y algunas partes belgas). En la salida de Maastricht numerosos ciclistas presentaban perneras y ropa de abrigo. No deja de ser abril. De esta forma se produjeron varias intentonas de fuga.
Selección desde lejos
Siete fueron los corredores que se lograron escapar, pero desde el primer momento se vio al UAE con la intención de controlar, y endurecer, la carrera sin miramientos. Un ritmo alto (42 km/h de media) que no dio margen a los de cabeza. ¡Neutralizados a 113 km del final! Era como volver a empezar, aunque ya algunas piernas notaban el desgaste, y eso en una carrera sin apenas respiro, con sube y baja constante y 33 cotas, se nota. Quedaban más de 90 km cuando se formó un grupo cabecero, con Pogacar entre ellos. Eran 16 corredores y nombres importantes, como Pidcock y Lutsenko. Pintaba a corte bueno y siendo Tadej favorito en cualquier circunstancia, mejor es jugársela contra un grupo reducido desde lejos que contra todo el pelotón. Por ello, en el célebre Cauberg, a 80 km de meta, llegó la primera intentona, reduciendo las unidades del grupo cabecero y dejando atrás al único Jumbo, Van der Sande.
Por detrás, el pelotón, con Trek al frente, se mantuvo a 40 segundos durante kilómetros y kilómetros... tan cerca y tan lejos. No pudieron neutralizar. A cada paso por cada cota la carrera se endurecía, y rompía, más. En la línea de salida de esta 57º Amstel solo había un ganador de la prueba, Michał Kwiatkowski (2015 y 2022), que a 38 km del final, y prácticamente inédito, se descolgaba. Aproximadamente en ese momento Pogacar sufrió un percance mecánico, que le hizo perder tiempo con los de cabeza y que lo recuperó con toda la tranquilidad del mundo, con esa confianza que te da sentirte el más fuerte. En el Eyserbosweg llegó la penúltima bala, con un duro ataque del esloveno ante el que solo aguantó Pidcock y con un admirable Healy uniéndose poco después. Quedaban dos rivales por eliminar y el Keutenberg iba a ser el escenario.
El Keutenberg fue decisivo
Ese fue el momento en el que Tadej hizo el ataque definitivo, sin mirar atrás y con su fuerza característica. Se marchó. En Flandes fue en el Viejo Kwaremont. En el inicio de las Ardenas el Keutenberg será el sitio donde se recuerde que Pogacar cimentó su primer triunfo. “Van der Poel me dijo que ese era el mejor sitio para atacar”, contó el esloveno. Se marchó en solitario hasta meta, en esa ‘contrarreloj individual’ (un coche de la carrera ajeno al corredor que iba adelante se tuvo que apartar porque podría influir) que suele hacer. Algo llamativo en esta carrera que se suele reducir en grupos reducidos. En la lucha por la segunda plaza, Healy dejó patente que su gran temporada (dos victorias y otros puestos de honor) no son casualidad y dejó atrás a Pidcock en el Geulhemmerberg. Alex Araburu, el 31º, primer español. La gloria del día era para Pogacar. El tiempo dirá, pero sigue sumando enteros para entrar en la historia dentro de una reducida lista elitista. Su cerveza, en la carrera más propicia para ello, se la bebió de un trago. No era para menos.
Clasificación de la Amstel Gold Race
1º Tadej Pogacar (Esl/UAE) 6h 02:02
2º Ben Healy (Irl/Education First) a 38
3º Thomas Pidcock (Esl/Ineos) 2:14
4º Andreas Kron (Bél/Lotto) m.t.
5º Alexey Lutsenko (Kaz/Astana)
31º Alex Aranburu (Movistar) 4:06
Doblete del SD Worx en la femenina
La neerlandesa Demi Vollering (SD Worx) firmó en solitario la victoria en la novena edición de la Amstel Gold Race disputada con un recorrido de 155.8 km entre Maastricht y Valkenburg, donde su equipo alcanzó con la belga el doblete con la belga Lotte Kopecky, segunda clasificada. Vollering tiró de experiencia y fortaleza para atacar en el Cauberg (en el tramo final en la modalidad femenina 2 km de meta), para marcharse en solitario y presentarse en meta emocionada, ante su familia, amigos y miles de compatriotas. La también neerlandesa Shirin van Anrooij (Trek) cerró el podio con el mismo tiempo que Van Vleuten (11º, Movistar) y Ane Santesteban (12º, Jayco).