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VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 16

Ocho segundos dolorosos

“Pesa más el golpe que el tiempo ganado”, dice Engels, director deportivo del Jumbo, tras la caída de Primoz Roglic. Mañana se decidirá si continúa en carrera.

Tomares
El ciclista esloveno Primoz Roglic llega a meta tras su caída en la decimosexta etapa de La Vuelta en Tomares.
JESUS RUBIODiarioAS

Una vez más, la mala suerte en forma de caídas vuelve a cebarse con Primoz Roglic, cuya presencia para mañana es duda: “Mañana por la mañana (por hoy miércoles), el equipo decidirá en consulta con el médico si Primoz continúa en La Vuelta”, ha anunciado el Jumbo. El esloveno, que hoy desafió a todo un pelotón en su lucha por conquistar la Vuelta por cuarto año consecutivo, tuvo una caída cuando ya había dejado al resto de los favoritos a la general por detrás y su único objetivo era coger la rueda del último de los cinco que se jugaban la etapa en Tomares. De esta forma, tendría el mismo tiempo que ellos al cruzar la línea. Todo se fue al traste a escasos cien metros: el esloveno impactó ligeramente con Wright, del Bahrain, y cayó de forma violenta contra el asfalto: “Creo que fue un incidente de carrera. Espero que esté bien”, dice el británico, que finalmente acabó cuarto. El neerlandés Teunissen, compañero de Roglic, paró a ayudar a su compañero y ambos entraron juntos.

El esloveno lo hizo en el puesto 35 pero, al igual que el pinchazo de Evenepoel, su caída dentro del tramo neutralizado hizo que los organizadores le diesen el mismo tiempo que Pedersen, el ganador. En total, ocho segundos, y tras varias deliberaciones y repeticiones vistas por los jueces, Roglic recorta ocho segundos al líder Evenepoel. “Pesa más el golpe que el tiempo ganado. Con esas lesiones después de todo lo que hizo... es una pena”, dice Addy Engels, director deportivo del Jumbo. “El espíritu de lucha es mayor que toda la mala suerte. Mantén la cabeza alta, Primoz”, publicaba el equipo neerlandés tras la etapa. Las caídas, por desgracia, van de la mano de Roglic en las grandes vueltas en los últimos tiempos. En el Tour 2021 abandonó por este motivo, mientras que en el de este 2022 volvió a sufrir un duro accidente que, pese a no provocarle el abandono en ese momento, le lastró unos días hasta que finalmente tuvo que parar.

Esos problemas pusieron en duda su presencia en La Vuelta, una carrera en la que ya es un corredor histórico. También sabe lo que es caerse, como el año pasado camino de Rincón de la Victoria, pero esta vez el golpe fue mayor. Siendo segundo en la general, y destacando que tras ganar las tres últimas ediciones de la carrera un podio así no le cambiaría en exceso su trayectoria, hoy mostró su ambición por luchar por la cuarta conquista seguida, algo que nadie logró en la ronda española.

“El plan tenía pocas posibilidades de éxito, pero salió muy bien. Queríamos luchar por la etapa y recortar tiempo a Eevenepoel. Todo estaba preparado. Roglic se adelantó con un grupo pequeño y pudo llegar a la meta. Todo salió perfecto... hasta llegar a los metros finales”, lamenta Engels. “Policontusiones, heridas superficiales en codo derecho, cadera derecha, rodilla derecha y zona costal derecha”, decían los doctores en meta tras revisar el estado del esloveno. Nada más cruzar la meta, ensangrentado, se sentó, apoyó su espalda sobre una valla y estuvo unos segundos con la mirada perdida. Rivales como Enric Mas se acercaron a ver cómo se encontraba: “Nosotros por suerte seguimos ilesos. Espero que Primoz esté lo mejor posible. Me sorprendió su movimiento y no pude salir a por él”. Una caída que puede marcar el devenir de La Vuelta de cara a las jornadas finales hasta Madrid.