Pogacar retoma su rutina con otro triunfo aplastante en el muro de Huy

Que gane Tadej Pogacar (26 años) es lo habitual, y eso habla del nivel de un corredor histórico. Es más, la noticia es cuando el esloveno no consigue el triunfo, como ocurrió el pasado domingo en la Amstel Gold Race que, tras ser atrapado por Evenepoel y Skjelmose, este último le arrebató la victoria casi sobre la línea (este miércoles se quedó sin opciones por una caída). Por eso, en la Flecha-Valona y su espectacular muro de Huy que siempre decide, Tadej tenía la ‘necesidad’ de poner las cosas de nuevo en su sitio. Y vaya si lo hizo. En el que suele ser el kilómetro más espectacular de la temporada, el del UAE recorrió los últimos 500 metros en solitario. Una superioridad pocas veces vista en la era reciente en este explosivo desenlace y su segunda conquista en la prueba belga tras las de 2023.

Y, en un ciclismo tan espectacular que se está viviendo en los últimos años tras la pandemia, la Flecha-Valona era el último reducto de esas carreras que se deciden en los metros finales. Ataques lejanos, exhibiciones... era un año para comprobar si esta prueba, en la que nadie vence fugado desde 2003 (Astarloa), también podría presenciar una exhibición lejana por la calidad de los participantes: el propio Pogacar, Evenepoel... al final, el desenlace fue el de siempre, y es que Tadej también tomó nota de la Amstel. La victoria es la misma y en Huy, sabiéndose tan superior, prefirió asegurar en un día, por segundo año consecutivo, muy adverso en cuanto a climatología, con rostros desencajados y tiritonas por el frío. En el podio acompañaron al esloveno el francés Vauquelin, 2º como en 2024, y Pidcock, este último tras una gran remontada final.

El menú de la segunda carrera del tríptico de las Ardenas (Amstel y Lieja-Bastoña-Lieja, el domingo, lo completan), era similar al habitual, superando la barrera de los 200 km, hasta tres pasos (incluido el final) por el muro de Huy y un total de once cotas. Pronto se formó una fuga con ocho integrantes, sin peligro aparente para los favoritos. Los tres últimos supervivientes fueron, casualmente, noruegos: Dversnes, Leknsessund y Foss. Controlados en todo momento, el pelotón les atrapó cuando faltaban una docena de kilómetros, con el UAE (Pogacar) y Soudal (Evenepoel) llevando el protagonismo durante todo el día en el grupo principal, y más con la ausencia del citado caído Skjelmose, lo que descartaba, en parte, al Lidl-Trek, dejando en Nys su única baza.

En la cota previa a Huy, Cherave, ya se veía a los favoritos en cabeza, e incluso a 5 km de la conclusión, en un terreno descendente y técnico, Pogacar se puso al frente... lo que obligó rápido a Evenepoel a salir a su rueda. Sin más movimiento, llegaba una de las citas de la temporada: 1,3 km con puntos del 19% de desnivel. Una pared. El suizo Christen, compañero de Tadej, puso el ritmo dentro de la calma tensa. Fue un movimiento de Healy el que desató el arreón final de Pogacar, saliendo de la curva a izquierdas, uno de los puntos más duros de la subida, con una distancia ya insalvable y todo ello sin levantarse del sillín. Camino plácido hacia la meta (como hacía el pentacampeón Valverde en esta subida) con incluso alguna mirada hacia atrás para ver lo que sucedía. Remco, de más a menos, acabó noveno mientras que el mejor español fue Raúl García Pierna (31º). El domingo, Lieja-Bastoña-Lieja, cuarto Monumento de la temporada y con Tadej como favorito. Como casi siempre y, además, avisando. “El equipo corrió a gran nivel y el plan salió como queríamos. Sí, estoy bien para el domingo”, sentenció el campeón del mundo.

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