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Ciclismo | Itzulia

La Itzulia de las ausencias

Las grandes estrellas del pelotón se ausentan esta vez de una edición con pronóstico abierto y que promete espectáculo en las siempre exigentes carreteras vascas.

La Itzulia de las ausencias
PAULINO ORIBE
Alfonso Herrán
Coordinador en la delegación de País Vasco de Diario AS desde 2017. En 2008 entró en Diario AS como redactor de polideportivo y desde entonces es su casa. Le gusta tocar todos los palos, pero ahora está más centrado en realizar las crónicas del Athletic y el Bilbao Basket. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto.
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EI Itzulia Basque Country, el nombre oficial en los últimos años de la tradicional Vuelta al País Vasco, suspira en el pistoletazo de salida de hoy en Vitoria por grandes figuras como Pogacar, ayer estelar en Flandes. La carrera no se acomoda al calendario del mejor corredor del momento, razón por la que no estarán tampoco Ayuso, el ganador de 2024, y Landa, la principal referencia vasca, que no podrá intentar ser profeta en su tierra. Y se encuentra lesionado Carlos Rodríguez, segundo el año pasado.

En su trayectoria, la ronda casi siempre ha concitado la atención de las grandes figuras del pelotón internacional, pero este 2025 es como un paréntesis en una cita en cuyo palmarés dominan figuras de renombre como González Linares y Contador, con cuatro txapelas cada uno, y que, para hacerse una idea de su calibre en los últimos años han ganado Ayuso, Vingegaard, Daniel Felipe Martínez, Roglic, Ion Izagirre, Valverde, Contador, Purito Rodríguez, Nairo Quintana y Samuel Sánchez. La organización quiere ver la botella medio llena: sin un posible jefe de filas, el espectáculo será mayor porque los pronósticos se abren. Al fin y al cabo, el recorrido complicado por las carreteras vascas se mantiene y no decae el prestigio de esta semana, una de las más notables del calendario UCI WorldTour.

Aún permanece, eso sí, fresco el drama de 2024, la grave caída que puso en duda el resto de la temporada, y hasta sus respectivas carreras, de buena parte de los dominadores de esta época en el ciclismo. Se vieron involucrados Vingegaard, ganador en 2023, de Evenepoel y de Roglic, vencedor en 2018 y 2021. No fueron los únicos que salieron gravemente dañados, pero sí los nombres más llamativos. Aquel accidente ha podido pasar factura para este 2025. Ninguno de ellos estará hoy en la salida.

Aunque se echará de menos a Pogacar y Ayuso, el UAE de Joxean Fernández Matxin se presume como el equipo a batir con ciclistas inscritos como el portugués Almeida, el mexicano Del Toro y McNulty, a quienes escoltarán Soler y Arrieta. “Estoy emocionado. aquí la pasión es especial. Es una carrera famosa por su dificultad”, ha declarado Almeida, que compite por primera vez en el País Vasco y parte con el dorsal número 1. Este año se ha impuesto en dos ocasiones a Vingegaard, en las cimas de Foia (Algarve) y La Loge des Gardes (París-Niza). Hereda los galones de Pogacar, al que sirvió en cuerpo y alma en el Tour e incluso acabó aquí cuarto. En la ronda vasca tendrá libertad y galones en busca de su primer gran triunfo en una general. Le favorecen las subidas largas y tendidas, lo contrario que en Euskadi. “El recorrido no es el ideal para mí, pero haré lo que pueda”.

Le discutirá la cabeza del pelotón el Red Bull-BORA de Vlasov, el colombiano Daniel Felipe Martínez, el único ganador de txapela en activo y presente junto con Izagirre, y Lipowitz, el segundo en la última París-Niza y en apariencia su hombre más en forma. la llegada de la marca energética ha espoleado al conjunto alemán hacia la cúspide. Y ojo con el Movistar de Mas, el Visma de Kuus y Kelderman y el Lidl-Trek de Skjelmose, Mollema y Nys, éste ganador el sábado del GP Indurain, pues también van a estar al acecho. También se espera mucho de la representación local, con Pello Bilbao, Ion Izagirre, Aranburu y un Omar Fraile, en puertas de su duodécima Itzulia, que comenzará a despedirse de compañeros, rivales y afición tras anunciar su retirada tras la Vuelta a España. Izagirre ha subido seis veces al podio final y se llevó la edición de 2019. “Llego superemocionado, nervioso, es la carrera de casa y esta edición resulta especial para mí y vengo a disfrutarla. Buscaré una fuga, una victoria... algo intentaremos. Llevaba meditando mucho tiempo la retirada, en diciembre nació mi segundo hijo y no tenía mucho sentido seguir. Llevo 14 temporadas de profesional, son más que suficientes, más de lo que podía soñar en mi vida. En ciclismo lo principal es elegir cuándo retirarse, es bonito eso, no que te echen”, resumió ayer en el Buesa Arena el santurtziarra en la puesta de largo de los corredores.

Abrirá la carrera una contrarreloj relativamente larga (16,5 km) con el Buesa Arena, pabellón en el que juega el Baskonia de baloncesto, como referencia y una subida, el Alto de Arzubiaga, que no cambia mucho los pronósticos que apuntan a un rodador como vencedor. En la segunda etapa, el pelotón afrontará la jornada más larga de esta edición con casi 200 kilómetros desde Pamplona hasta Lodosa, donde la fuga podría dar bastante guerra en un recorrido de constantes subidas y bajadas. Tras la relativa calma de los dos primeros días, ya el miércoles, en la tercera etapa, llega la montaña a la carrera. Junto con el último día de competición, esta jornada puede catalogarse como etapa reina con un duro menú en el que se subirán hasta siete puertos de montaña. Aunque no son puertos de excesiva dureza -cinco de 3ª categoría y dos de 2ª-, harán daño en las piernas de los ciclistas para que la etapa sea protagonista en la clasificación general.

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Sin tiempo para el descanso y la relajación, la carrera entrará en la provincia de Bizkaia en la cuarta etapa en otro día de montaña. Nuevamente, los ciclistas se encontrarán con siete puertos con la última subida, Izua, como gran aliciente. Este puerto de 1ª categoría, que se subirá por una carretera muy estrecha y cuenta con rampas del 20 por ciento, se coronará a falta de once kilómetros para la línea de meta por lo que se prevén movimientos entre los favoritos en busca de vestir el maillot amarillo de líder.

La quinta etapa servirá como aperitivo para la batalla final del sábado. Será una etapa de 172,4 kilómetros donde el pelotón tendrá que superar cuatro puertos de montaña y donde la colocación será clave para evitar sorpresas en el final. Y con ello, la carrera llegará a Eibar, que vuelve a ser el final de la Itzulia con salida y llegada de la última etapa. A lo largo de más de 150 kilómetros, tendrán siete puertos de montaña -tres de ellos de 1ª categoría- con la durísima subida de Krabelin al principio de la etapa como sorpresa. Ese no será el único cambio con respecto al año pasado; Gorla desaparece del recorrido en favor de Karabieta para llegar a Bergara y la novedad de las dos subidas a Trabakua. Sin duda una etapa muy viva y que decidirá quién se lleva la txapela. La presentación de los equipos ayer en el Buesa, tras el partido del Baskonia, fue de lo más festiva, con coros de cumpleaños feliz a Barré, del Intermarché, que hacía 25. Y una diminuta bici sobre la que hicieron equilibrios varios ciclistas. Algún corredor se atrevió a lanzar a canasta, pero quedó claro que lo suyo es el manillar y las dos ruedas.

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