La etapa reina de la Volta a Catalunya es para el rey Pogacar
El esloveno, con otra exhibición, suma su tercer triunfo de la semana. Esta vez el ataque llegó a 29 km de la meta. Landa y Bernal, a gran nivel por detrás.
Tadej Pogacar llegó a esta Volta como gran favorito, siendo el rival a batir, y lo demostró desde el primer día. Que estuviese en la pelea por la victoria en Sant Feliu de Guixols en la jornada inaugural demostró que estaba a muy buen nivel y que iría a por todas. Avanzó la semana y se impuso en las dos jornadas montañosas, celebradas en la segunda y la tercera etapa en Vallter 2000 y Port Ainé respectivamente. De este modo, la Volta a Catalunya llegaba a su etapa reina con el líder destacado en la clasificación, y más que su presumible victoria, la cuestión principal era el momento del ataque. El movimiento ganador del esloveno del UAE llegó a 29 km de Queralt, en la ascensión de la Collada de Sant Isidre. Desde entonces, rumbo en solitario. En resumen, una más de Pogacar por las carreteras catalanas.
El día era, por terreno y por dureza, ideal para el espectador, muy complicado para los ciclistas. Un total de 154 km entre Berga y Queralt, una zona que Sepp Kuss, ganador de La Vuelta 2023, conoce a la perfección por ser su mujer de la zona, y que incluso llegó a crear un diseño de posible etapa en redes sociales hace unos meses. La Volta cogió el testigo y, aunque no similar, el estadounidense inspiró a la organización con su perfil. Cinco puertos: Batallola (3ª), Cal Ros (2ª), Pradell (fuera de categoría), Sant Isidre (1ª) y Queralt (1ª) en meta. La ascensión más esperada era la de Pradell, con sus 14,6 km al 7%. No hubo ataques reseñables, pero sí selección natural. El ritmo puesto por Visma, primero, y UAE, después, dejó el grupo en reducidas unidades. Precisamente el ‘anfitrión’ Kuss fue uno de los damnificados, cediendo tempranamente.
“Sí, me llaman Pep Kuss en la zona (entre risas). En Berga querían que fuera el protagonista en las fiestas del pueblo”, dijo en AS el de Durango (EE UU) en su entrevista con AS el día que se coronó como campeón de La Vuelta en Madrid. La fórmula con puerto durísimo a meta y encadenado previo y posterior con otras subidas suele ser un acierto, tal vez menos espectacular que jornadas con puerto único, pero las piernas de los corredores lo notan. La fuga del día, compuesta únicamente por Hugh Carthy y Bauke Mollema, fue neutralizada a inicios de Pradell. El pelotón no les dio opción en ningún momento. No de ganar, ni tan siquiera de llegar más lejos.
En resumen, la lucha era por vez de nuevo quién quedaba segundo, con un Mikel Landa que volvió a mostrar una gran versión, de las mejores de los últimos años, esta vez se llevó a su rueda a Egan Bernal, que en 2024 se está acercando, dos años después de su grave accidente, a aquel corredor que ganó el Tour y el Giro. De hecho han pasado cinco y tres años respectivamente, y el ciclismo cambió mucho en este tiempo, con un selecto grupo de corredores que acaparan todo y no dejan, si puede, nada para el resto. Por detrás de Landa y Bernal saltó en solitario un combativo Enric Mas, combativo, que veía que se le escapaba la lucha por el podio. En cabeza, Pogacar seguía haciendo camino, incluso tuvo que dar un golpe a una moto para que se apartara en el kilómetro final. Pudo celebrar sin problemas. A casi un minuto llegaron Bernal y Landa, con el colombiano segundo esta vez en lugar del español.
El del Soudal se consolida en la segunda plaza que aspira a defender este domingo en la etapa final en Barcelona, con seis ascensiones a Montjuïc, una jornada matinal que cada año depara emociones por los alrededores del actual estadio del Barcelona y del Palau Sant Jordi. Enric Mas, en su lucha por la plaza del podio, vio como Bernal se colaba al resto ocupando una tercera plaza que tiene bien encarrilada, pero no sentenciada. Mientras los corredores llegaban casi de uno en uno, Pogacar ya llevaba un rato haciendo rodillo y siendo avituallado por su masajista de siempre, Joseba. Este domingo, salvo percance mayor, se coronará en la Ciudad Condal en una Volta que se recordará por su abrumador dominio. Tras seis etapas, las diferencias en la general son más propias de una gran vuelta. El rey triunfó en la etapa reina, cuarta victoria del año, que mañana podrían ser cinco o seis (por la general).
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