TOUR DE FRANCIA | LA INTRAHISTORIA
Helados, 300 bidones de agua, ventiladores y hielo... contra el calor
Altas temperaturas en el Macizo Central que obligan a los auxiliares no parar ni un segundo: alrededor de 300 bidones por día, chalecos de hielos...
Respetó en el País Vasco, donde incluso la lluvia hizo acto de presencia, siguieron unos días agradables en los Pirineos, con algunas tormentas incluidas, pero llegó el Tour de Francia al Macizo Central y el calor golpeó con fuerza. Habitualmente los auxiliares tienen una gran cantidad de trabajo cada día, pero en jornadas como las de ayer (y tendrán más esta semana) se multiplica. En la salida de Vulcania, uno de los parques volcánicos más conocidos del continente y que cuenta con frondosos árboles que daban sombra… el termómetro superaba la cifra de los 30 grados. Y era solo el inicio. Por ello, mientras los corredores hacían rodillo, los encargados de preparar los avituallamientos cargaban los coches y las furgonetas. ¡Hasta 300 bidones en algunos casos! La idea era no usarlos todos, pero en días así desde el pelotón destacan que es mejor prevenir.
En jornadas como la de vivida, y hoy se espera igual, lo que tratan de evitar los equipos principalmente es la deshidratación y los calambres, que con altas temperaturas es más probable que aparezca porque la sudoración hace que el cuerpo pierda agua, sal… y los músculos se resienten. Los chalecos de hielo son un fijo, desde que los protagonistas bajan del autobús hasta que suben el control de firmas, e incluso algunos arrancan la etapa con él puesto. En caso del líder Jonas Vingegarad, incluso contaba con un pequeño ventilador mientras hacía rodillo, el mismo que suele usar en meta mientras esperar para subir al podio a recoger su maillot amarillo. Helados y hielo en las medias, otras de las medidas para luchar contra el calor. El propio Tour avisó ayer a la prensa: “Contamos con un botiquín de primeros auxilios y un desfibrilador en la Sala de Prensa (había 33º)”. Los bomberos regaron al público con mangueras.