Sepp Kuss: “Este Roglic es mejor que el de hace cuatro años”
El estadounidense (Durango, 28 años) analiza para AS las posibilidades de su compañero en un Giro en el que ya fue podio en 2019: “Es candidato a ganar, le veo muy fuerte”.
Existe un nexo de unión entre los áridos desiertos de Colorado y las frías montañas de Eslovenia. Y por inverosímil que parezca, ese es el Giro de Italia. En 2019, Sepp Kuss acudió a la ronda italiana por primera y única vez hasta la fecha para ayudar a su amigo y compañero Primoz Roglic, que no logró la victoria, pero sí su primer podio en una gran vuelta. Ahora, cuatro años después, el ‘Águila de Durango’ (28 años) volverá al Giro como mano derecha del esloveno con la intención de mejorar aquel resultado. No será fácil, enfrente está Remco Evenepoel, pero la confianza es plena. “Tanto yo como el equipo aprendimos mucho de aquel Giro”, explica Kuss a AS en perfecto castellano (su mujer es catalana y reside en Andorra) desde Tenerife, durante los últimos días de la concentración en altitud que llevó a cabo con su jefe de filas.
—¿Con qué sensaciones llega al que será su segundo Giro?
—Para mí es una oportunidad diferente. Solo hice el Giro 2019 y sufrí mucho, quizás demasiado, pero ahora estoy en mejor forma, mucho más preparado que la última vez. Y sí, otra vez con Primoz, pero tanto yo como el equipo hemos aprendido mucho desde esa edición y vamos a por ello.
—Respecto a esa edición de 2019 en la que Primoz subió al podio, ¿cómo le ve ahora? ¿Es mejor este Roglic que el de hace cuatro años?
—Sí, le veo mejor porque ha crecido mucho como un corredor para grandes vueltas. También su equipo para apoyarle ha mejorado. Ahora tenemos corredores para la montaña, para etapas complicadas, para todo. Y creo que eso es lo más importante, tener un equipo para todos los terrenos. También para esquivar la mala suerte y tener gente delante en las montañas, especialmente en la tercera semana.
—Ha completado, junto a Primoz, una última concentración en altitud en el Teide. ¿Cómo ha sido?
—Sí, justo después de la Vuelta a Cataluña, el director me llamó para decirme que Wilco (Kelderman) no estaba recuperando muy bien (de su caída en Tirreno) y a lo mejor me tocaba el Giro. Pude descansar una semana y media en casa, en Andorra, y hace dos semanas vine a Tenerife. Llevamos unas cuantas semanas aquí, entrenando muy bien, con mucha disciplina. Y sí, veo a Primoz muy fuerte, concentrado, relajado. Está listo para el Giro.
—En lo personal, ¿con qué objetivo se plantea el Giro?
—El objetivo principal será ayudar a Primoz porque no es un candidato para el podio, es un candidato para ganar y eso requiere aún más apoyo de cada uno en el equipo. Pero hay muchas situaciones en la carrera, especialmente en la tercera semana, con tanta montaña y para mí, si puedo estar ahí, cuando queda poca gente en la montaña, estaré satisfecho.
—Como acostumbra el Jumbo, irá con un equipazo a la Corsa Rosa. ¿Supone eso un extra de presión?
—No, no hay demasiada presión porque hemos vivido mucha presión en la Vuelta a España, en el Tour… Hemos sobrevivido a mucha mala suerte, a pocas victorias y ahora estamos muy acostumbrados a manejar una gran presión.
—Debido al abandono en la pasada Vuelta, ¿cree que Roglic puede tener más ansiedad por ganar?
—No sé, considero que no porque para él, el Giro es una nueva página. No es como ir al Tour cada año y caerse en la primera semana. Para él es un objetivo muy importante, con un rival muy duro como Remco y también los demás, pero para él quizás el Giro es un aire fresco, hacer algo diferente.
—Mencionaba a Remco, que efectivamente, apunta a ser su gran rival. ¿Cuál será la clave para batirle?
—Quizás la alta montaña, porque la Vuelta del año pasado era un recorrido diferente del Giro. Había poca alta montaña de verdad, con subidas que le iban muy bien a las características de Remco. El giro es muy diferente, hay etapas claves en la primera semana, pero no tanto como la Vuelta, por ejemplo. Todo depende de la montaña y las cronos largas.
—En el pasado Tour de Francia le salió muy bien al equipo esa estrategia de jugar la baza de Primoz y de Jonas para doblegar a Pogacar. En esta ocasión, ¿llevará usted ese rol para tratar de confundir a Evenepoel entre los dos?
—No sé, porque como hay una crono en la primera etapa, supongo que voy a perder (risas). No soy un rival de verdad para Remco, pero cuando lleguemos a la segunda o tercera semana, si aún estoy ahí en la pelea, quizás pueda jugar con un ataque desde lejos o algo así. Pero en teoría no soy una pieza para moverme.
—¿Cuáles serán las etapas que decidirán este Giro?
—Seguro que la etapa de Tre Cime di Lavaredo, cualquier etapa en los Dolomitas, también la etapa por Suiza, con las subidas muy largas, y las cronos, porque ya sabemos que Remco es un gran rival ahí. Primoz es el campeón olímpico, pero Remco es una bala sobre la bici de crono. Tenemos que estar atentos cada día porque hay muchos en los que se puede perder mucho y ganar poco. Pero también hay otros para sacar bonificaciones para Primoz.
—Quizás todo se decida el penúltimo día con esa cronoescalada al Monte Lusari. En ese caso volveríamos a vivir una situación como la de 2020 en el Tour entre Pogacar y Primoz. ¿Puede afectar a nivel psicológico?
—Quizás. Esa etapa se parece a la penúltima etapa en el Tour hace unos años, porque es una crono donde se puede perder mucho tiempo. No sabemos mucho de la subida, me dijo Primoz que es horrible, muy estrecha, empinada, con mal estado del asfalto. Seguro que será un día clave. Pero mentalmente, no sé. Todo depende de lo que pase antes y de dónde estemos.
—¿Qué grandes carreras le quedan por disputar este año?
—Veremos cómo me recupero entre el Giro y el Tour, pero creo que hay casi cinco semanas. Así que puedo tomarme un descanso y entrenar poco a poco para preparar el Tour. La verdad es que salvo las grandes vueltas no hay tantas carreras para mí. Primero haré el Giro y después tomaremos decisiones.
—¿También tendría posibilidades de estar en La Vuelta o hacer las tres grandes ya sería demasiado?
—Sería un buen reto. Quizás este año es una buena oportunidad para hacer las tres, porque hay mucho descanso entre cada una. En teoría suena bien, pero cuando estás en la mitad de la Vuelta parece complicado (risas).
—Al menos tiene una etapa en casa al principio de la carrera.
—Sí, sí, una etapa bastante dura. Todo el recorrido de la Vuelta parece muy bonito, muy duro. Quizás más alta montaña que en años pasados, pero vamos a ver.