El Giro de los récords... de Pogacar
El esloveno está en disposición de firmar unos registros históricos de aquí a final de carrera, toda vez que la general está resuelta a su favor.
Esta 107ª edición del Giro de Italia poco o nada tiene que ver con el bautizado como ‘Giro de los récords’. En 1914, el hecho de acabar la carrera ya era toda una proeza. Aquel año, sólo ocho ciclistas llegaron a Milán de los 81 que tomaron la salida. Alfonso Calzolari se convirtió en el campeón con mayor ventaja sobre el segundo clasificado, con 1h 57 minutos y 26 segundos de diferencia, después de superar la etapa más larga de siempre (430 km de Lucca a Roma) o la jornada que duró más tiempo (19h 20:47, de Bari a L’Aquila) en la historia de la Corsa Rosa. Otros tiempos. Pero este año, el rey del ciclismo moderno, Tadej Pogacar, ha conseguido ya algunos registros impresionantes, además de otros que tiene a su alcance.
De Oropa a Livigno
El esloveno estrenó su palmarés en el Giro en la mítica ascensión a Oropa, donde Marco Pantani firmó la última gran gesta de su carrera hace 25 años. Sin embargo, Pogi, acostumbrado a pulverizar récords de ascensión en los últimos años en los puertos más icónicos del Tour de Francia junto a Vingegaard, no logró mejorar la mejor marca del ‘Pirata’ en dicha subida. Tampoco superó el mejor tiempo en Prati di Tivo, donde sólo aceleró en los metros finales para vencer con el mínimo esfuerzo. La etapa reina fue otra historia… Según datos de analistas como Mihai Simion (portal climbing records), Pogacar estableció un nuevo récord en la ascensión a Foscagno que pulverizó la mejor marca anterior en poder de su tocayo Valjavec en 2005. Su 35:50, a una media de 25,28 km/h, mejoró en 4:40 el récord anterior. El finlandés ammattipyöräily midió exactamente el tiempo que empleó Pogi en completar la última parte de ascensión a Foscagno, desde que atacó a unos 6,16 km de la cima: 13:07 a una velocidad media de 28,18 km/h. De otro planeta.
Adiós al mito de la altitud
Muchas voces, más o menos autorizadas, apuntaban al calor y a elevadas cifras de altitud como los únicos factores ante los que Pogacar mostraba una mínima debilidad. Si repasamos sus actuaciones, algo de verdad hay en esto. En etapas con desniveles superiores a los 4.500 metros, sus resultados no habían sido demasiado brillantes, a excepción de su victoria en La Vuelta 2019 camino de Gredos. El ejemplo más sonado, su tremenda ‘pájara’ del año pasado en el Tour en una 17ª etapa de más de 5.300 metros de desnivel en la que llegó a meta 22º con casi 6 minutos perdidos respecto a Vingegaard. No obstante, en la etapa reina de este Giro, que conquistó a 2.385 m de altitud en Livigno, Pogacar se ha quitado etiquetas y alejado viejos fantasmas al conseguir su primer triunfo de etapa con un desnivel superior a 5.000 metros (5.400). Ha batido su mejor marca hasta la fecha, que tuvo lugar en el Giro de Lombardía 2022 con más de 4.800 metros de desnivel positivo. La altitud ya no es un problema.
Campeón, ¿como debutante?
No olvidemos que todos los logros conseguidos hasta ahora por Pogi en esta ronda italiana, más los que estén por llegar, llegan en calidad de debutante. El desconocimiento de la carrera y sus secretos no ha impedido el esloveno liderar el Giro desde la segunda etapa y acumular cuatro triunfos de etapa, su mejor cifra en una misma gran vuelta. Sin embargo, el objetivo número uno desde que aterrizase en Turín no es otro que el de alzar el Trofeo Senza Fine. Si lo consigue el próximo 26 de mayo en Roma, Pogi sucederá a Alberto Contador (2008), Nairo Quintana (2014) y Egan Bernal (2021) como el cuarto debutante en ganar la Corsa Rosa en los últimos 30 años.
El club más selecto
Aun consiguiendo la victoria final en el Giro, al esloveno todavía le resta ganar La Vuelta para completar la tan ansiada triple corona, algo que sólo siete corredores han conseguido a lo largo de la historia (Anquetil, Gimondi, Merckx, Hinault, Contador, Nibali y Froome). Pero si hablamos de podios, ese es otro cantar. En caso de subir al cajón en la Ciudad Eterna, Pogacar se uniría a Bernard Hinault y Felice Gimondi como los únicos tres corredores de todos los tiempos que han subido al podio de las tres grandes en su año de debut. Además, el caso de Pogacar es único, con pleno de podios en todas las rondas de tres semanas que ha disputado hasta ahora: dos victorias (2020 y 2021) y dos segundos en el Tour (2022 y 2023) y un 3º en La Vuelta (2019).
Orgullo de Eslovenia
Después de Matej Mohoric y Primoz Roglic, Pogacar se convirtió en este Giro en el tercer esloveno que conseguía triunfos de etapa en las tres grandes vueltas en toda la historia. Con la tercera semana de competición todavía por delante, en su palmarés ya figuran 18 victorias de etapa en las tres grandes (11 en el Tour, 4 en el Giro y 3 en La Vuelta), por lo que aspira a ser el segundo ciclista en activo con más triunfos (Cavendish, inalcanzable con 54) en las rondas de tres semanas en caso de sumar dos más para superar las 19 de Roglic. Curiosamente, si gana el Giro sucedería al corredor del Bora en el palmarés, lo que daría el título a Eslovenia por segundo año consecutivo, algo que no ocurre desde que Italia ganase las ediciones de 2010 y 2011 con Ivan Basso y Michele Scarponi (heredó el título de Contador por descalificación).
La ‘pantera rosa’
La sorpresa de Jhonatan Narváez en la etapa inaugural del Giro pudo evitar lo que apuntaba a ser un pleno de Pogacar con la maglia rosa, un impresionante dominio que sólo Constante Girardengo (1919), Alfredo Binda (1927), Eddy Merckx (1973) y Gianni Bugno (1990) han conseguido en la historia de la carrera. Sin embargo, podría sumar 20 días de rosa en caso de proclamarse campeón sin ceder la prenda, la mejor cifra en los últimos 34 años. Pogi, que acumula 14 días con la preciada prenda de líder, está cerca de superar las 15 jornadas que sumó su ahora compañero Joao Almeida en 2020, la mejor marca de los últimos tiempos.
¿Un tercer doblete?
En los Tour de 2020 y 2021, más allá de la general, Pogi consiguió el prestigioso premio de la clasificación de la montaña, éxitos que por aquel entonces aderezó con el maillot de mejor joven. Un tres en uno durante dos años consecutivos. A sus 25 años, ya no puede pelear por la maglia bianca del Giro (cosa que ganaría con relativa facilidad), pero sí que tiene en su mano un tercer doblete de maillots en una gran vuelta. Con la general encarrilada, el premio de la montaña lo lidera el esloveno con 172 puntos, casi 100 más que Simon Geschke (78), su más inmediato perseguidor. Todavía quedan muchos puntos a repartir y el paso por la ‘cima Coppi’ (Giogo de Santa Maria) en la 16ª etapa puede resultar decisivo. Su actitud en carrera lo decidirá todo: si busca algún triunfo de etapa más en finales como Passo Brocon y Monte Grappa, el del UAE se traerá una nueva colección de maillots para casa.
¿La mayor diferencia del ciclismo moderno?
Como dijimos al principio, la mayor diferencia de la historia del Giro entre primer y segundo clasificado (Alfonso Calzolari sobre Pierino Albini) es algo insuperable. Pero si tiramos de la hemeroteca del siglo XXI, Pogacar si podría establecer un nuevo mejor registro. Con todavía cuatro jornadas de montaña por delante, el esloveno aventaja a Geraint Thomas en 6:41, una brecha que no anda lejos de la que obtuvo Ivan Basso en 2006, cuando se impuso ante el español José Enrique Gutiérrez por 9:18. Hagan sus apuestas.
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