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CICLISMO

Prudhomme: “Los aficionados vascos estuvieron formidables”

Se calcula un impacto cercano a los 100 millones de euros en intangibles y en dinero directo que ha entrado, por ejemplo, en la hostelería y la fiscalidad que, en el País Vasco, está en manos de las Diputaciones.

Vitoria
Paso de la carrera por el puerto de Lekeitio
CHRISTOPHE PETIT TESSONEFE

El pelotón cruzó ayer, pasadas las 16:30 h, el puente internacional de Santiago en la localidad fronteriza de Irún y los responsables políticos del País Vasco respiraron hondo. El Consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, estaba presente en la Mesa de Coordinación Policial. Se había superado el mal trago, por ejemplo, de la amenaza de huelga o bajas médicas forzadas de la Policía Autónoma. Sus peticiones de mejora salarial y modernización de medios generaron una tensión inesperada en el Gobierno Vasco. A excepción del episodio de las chinchetas y los pinchazos, algo indetectable a todas luces, el paso del Tour por Euskadi ha sido un éxito. La gente ha disfrutado de lo lindo aunque, lógicamente y por población, no ha alcanzado las cifras que se dieron en Dinamarca.

Se habla de un desembolso directo cercano a los 13 millones de euros aunque otras fuentes lo aumentan en otros dos. El Ejecutivo se había comprometido en pagar unos 9 y el resto lo afrontaban a medias entre los ayuntamientos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria y las Diputaciones Forales de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava. El máximo dirigente de esta última institución pública, comentó ayer que “si se repite una Grand Départ en el futuro, nos gustaría poder tener una llegada en nuestra provincia”. Álava ha disfrutado de una salida y de apenas 50 kms. de trazado. Sí es verdad que nueve equipos han pernoctado en Vitoria con el consiguiente beneficio económico. El 21 % de lo que gana la hostelería va directamente a Hacienda. La Grand Départ fue presentada inicialmente hace unos meses en el Palacio Europa de la capital alavesa.

Se calcula que el beneficio económico y el impacto es cercano a los 100 millones de euros. Calcular ese dato siempre genera contradicciones. A la hora de estudiar las horas de televisión no se puede hacer multiplicando por X lo que suele costar un anuncio pero es verdad que las imágenes que se han proyectado de Euskadi, sobre todo las aéreas, han sido maravillosas. Incluso cuando el tiempo no ha acompañado, se han visto los pueblos, ciudades y cunetas llenas de aficionados y de banderas. Se ha dado la talla y todo el mundo se ha quedado bastante satisfecho. Sí ha habido críticas veladas por la sensación de que el PNV ha salido demasiado en la foto, cuando es todo el pueblo vasco el que paga. No han sido demasiadas ni expresas porque no se quería romper la magia que se había generado. Pero las ha habido.

Desde el punto de vista deportivo, los corredores vascos han sido aclamados. Mikel Landa, Pello Bilbao, los hermanos Izaguirre, Omar Fraile, Jonathan Castroviejo, Álex Aranburu y compañía se han visto desbordados por las peticiones de fotos y autógrafos. Algunos de ellos han pagado esa presión con pérdidas de tiempo inesperadas. En Amorebieta, por ejemplo, algunos de ellos prefirieron eternizar su estancia en el autobús y hoy, en Dax, se han sentido más cómodos. Han estado atendiendo a los medios en todos los sitios pero lo normal es que ahora lo hagan con más facilidad. Pasan más desapercibidos y eso que están a punto de llegar los Pirineos, territorio de nuevo de la afición vasca. La ausencia de conflictos también ha sido una buena noticia. Ni cortes, ni manifestaciones ni salidas de tono muy grandes.

El paso del Tour de Francia ha sido una especie de Plan Estratégico para potenciar el País Vasco pero también se ha visto salpicado por las suspicacias ya que coincidía con las elecciones municipales y forales y, aunque no estaba esperado a priori, las Generales llegan el día 23. Esas circunstancias siempre invitan a críticas sobre el partido gobernante. Es inevitable pero la mayoría de las fotos son para los cargos públicos por lo que el PNV ha sacado mucho rédito del evento. Otra cosa es que luego haya tenido descalabros inesperados en las urnas como la cuarta plaza en el ayuntamiento de Vitoria y que, tras toda la gestión, fuera la alcaldesa del Partido Socialista la que daba el banderazo de salida inicial. Un poco tarde, dicho sea de paso. El pelotón arrancó antes de que la bajara. En el coche del Prudhomme iba el Diputado General, del PNV.

Precisamente, el patrón del Tour comentó que “los aficionados vascos estuvieron formidables. Gracias al País Vasco por el fervor excepcional con el que nos recibieron. Gracias también por brindarnos el escenario de las primeras etapas para una gran pelea que mantienen Vingegaard y Pogaçar. Y gracias por permitirnos ver cómo un francés terminaba ganando en San Sebastián”. Se refería a la victoria del domingo de Victor Lafay al final de la segunda etapa. Prudhomme es el lendakari del Tour e Iñigo Urkullu el del Gobierno Vasco. “Todavía no nos damos cuenta de lo que esto va a suponer para Euskadi. Ha sido todo un honor haber podido recibir aquí al Tour”, expresó convencido. El evento ya discurre por tierras francesas pero el beneficio del paso de la ronda gala por el País Vasco es incuestionable.