Cavendish: “Siempre hay que creer y luchar por ello”
El británico, que ganó por vez primera en el Tour de 2008, estuvo arropado en la meta de la pequeña localidad de Saint-Vulbas por su familia.
Saint-Vulbas, un pueblo de escasos 1.200 habitantes, con el caudaloso río Ródano. Más concretamente, a las afueras de esta localidad francesa del departamento de Ain, con una central nuclear (Bugey) que predomina en el paisaje. Este punto recóndito, extraño de los lujos habituales del Tour de Francia, quedará siempre en la historia del ciclismo en general y de esta carrera en particular. Se recordará como el pueblo en el que Mark Cavendish hizo historia, esta vez sí y con mayúsculas, para convertirse en el corredor con más victorias en el Tour de Francia: 35. Supera el récord de Eddy Merckx, que cosechó 34. En 2021, año de su segunda juventud, el británico sumó cuatro éxitos para igualar a El Caníbal. Escasos meses antes, tras un cúmulo de cosas, su retirada estuvo más cerca que su continuidad: depresión, enfermedad del beso, sin resultados…
Cavs dio la vuelta a la tortilla, una vez más. Para 2022, otro golpe: el Quick Step no le llevó al Tour. Lefevere no vio al velocista en óptimas condiciones para poder ganar y el récord tendría que esperar. En 2023, con nuevos aires en el Astana, Alexandr Vinokourov (campeón olímpico en 2012 y mánager de equipo kazajo) confió en Mark desde el primer día. Era su último año como profesional, buen nivel, segunda posición en Burdeos el pasado Tour… y caída en la octava etapa. Fin del sueño con su retirada anunciada previamente. O eso parecía, ya que Mark recapacitó: “Seguiré un año más”. Y, de nuevo, toda una temporada enfocada a una carrera y a un objetivo: el récord en el Tour de Francia. A los 39 años arrancó en Florencia su 15º Tour, carrera en la que alzó los brazos por ver primera en 2008, y todo comenzó mal. Primera etapa y rápido se empezó a descolgar.
Como el equipo vino por y para él (salvo Lutsenko, con algo más de libertad), todos se quedaron con Mark para que evitase el fuera de control. 39′ en Rimini, 24′ en Bolonia, el 113º en Torino (el otro esprint hasta el momento)… nada hacía pensar que Cavendish pudiera romper el récord, al menos en estas primeras jornadas iniciales. Sin embargo, toda en la vida cambia para bien o para mal, por desgracia, en cuestión de días, y en el caso del británico fue para bien. Victoria número 35, con su familia alrededor, esperándole en meta (no es lo habitual) y un guion soñado, incluso entrando con la cadena fuera de su sitio en la bicicleta. “Ni me lo creo. Fue una gran apuesta de Astana para este Tour y lo logramos”, dijo el de la Isla de Man, con su habitual ritmo pausado (con largos silencios) al hablar, todo lo contrario que sobre la bicicleta.
“Siempre hay que tener la creencia de que puedes hacerlo y luchar por ello. Mi fuerza mental es sin duda una ventaja cuando ya no eres el más fuerte físicamente”, contó, emocionado, el hombre récord. Años trabajando para un esprint de menos de un kilómetro. Todo por entrar en la historia, algo que a buen seguro no le gustará a la leyenda que deja atrás en esta clasificación, Eddy Merckx. Ley de vida. Eso sí, Pogacar, al ritmo que lleva (12 etapas a los 25 años, y sin ser velocista) podría ser una amenaza. “No lo superes”, le dijo Cavs en meta cuando recibió un abrazo del esloveno. “No te preocupes”, le respondió el maillot amarillo, que reconoció “ver a Cavendish por la tele cuando era pequeño” y es que casi todos los corredores pasaron de uno en uno a felicitar al, desde las 17:40 del 3 de julio de 2024, al corredor con más etapas en el Tour de Francia. Y, visto lo visto, la 36 (todavía quedan seis posibles etapas para velocistas) no es descartable este año.
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