Mikel Landa vuelve al podio del Giro de Italia siete años después
El corredor alavés regresa al podio de una gran vuelta siete años después de subirse al cajón del Giro por primera vez. Sus próximos objetivos, todavía por definir.
Siete años, siete largos años han pasado entre el primer podio de Mikel Landa en una gran vuelta y el segundo, ambos en la carrera que le ha brindado alegrías y desgracias casi a partes iguales: el Giro de Italia. En aquel 2015, el alavés anduvo tanto o más que Alberto Contador cuando la carretera miraba al cielo en las últimas jornadas, pero su condición de gregario para su jefe de filas de aquel entonces en el Astana, Fabio Aru, le impidió soñar con cotas más altas.
Hoy, Mikel cierra el círculo con un nuevo tercer puesto en la Corsa Rosa, su segundo podio en una ronda de tres semanas, con el que da carpetazo a unos cuantos recuerdos amargos: 4º en el Tour de Francia 2017 (sólo un segundo por detras de Romain Bardet, que fue 3º) y 2020, y 4º en el Giro 2019 (tras Roglic, por 8").
"Contento, es día de celebración. Hemos terminado muy cansados porque ha sido una semana final dura, pero estoy contento de estar de nuevo en el podio. El equipo ha estado de diez, todos dieron el 100% a pesar de que tuvimos una baja importante al principio (Tratnik)", explicó al alavés al término de una crono final en la que se dejó una auténtica minutada con Hindley (a 3:24 en la general) y Carapaz (a 2:06). Por último, Mikel no fue del todo claro a la hora de fijar su calendario para el resto de temporada: "¿Objetivos ahora? Habrá que sentarse y valorar si pensamos en el Tour o en La Vuelta".
Juanpe López: "Puede que este Giro sea un antes y un después"
"¿El top-10? Es un objetivo. Después de diez días de rosa, lo que venga bueno será", le comentó Juanpe López a AS un par de días antes de finalizar el Giro. Dicho y hecho. Fue imposible ver al de Lebrija (24 años) más feliz al concluir su primera participación en la Corsa Rosa, donde fue uno de los corredores más protagonistas de la carrera tras sumar diez días con la maglia rosa.
Sus expectativas previas a la carrera, ampliamente superadas: "Nadie pensaba que me iba a poner un maillot rosa, ni el maillot blanco... Para la victoria de etapa trabajé mucho, no la conseguí y llegó una recompensa mucho más buena". Y es que el sevillano ha firmado un Giro sobresaliente no solo por su estancia en el liderato, sino también porque ha terminado la carrera con la maglia bianca (mejor joven) y su primer top-10 en una gran vuelta. "Puede ser que este Giro para mí sea un antes y un después, pero yo voy a ser el mismo Juanpe de hace un año. Un Giro muy especial, para no olvidar nunca. No tengo palabras para describirlo. Diez días de rosa, la maglia bianca... Ha sido muy bonito. Me quedo con el Etna. Cuando llego y me dicen que soy maglia rosa... Sin palabras. Ahora una cena, una cerveza, algún trozo de pizza y a disfrutarlo, resumió con su gracia natural el bueno de Juanpe.
La ilusión que ha trasladado a la afición española ya es imparable, fenómeno al que tratará de dar continuidad en su próximo gran reto de la temporada: "El objetivo es La Vuelta, pero haré unas carreras antes. Si el equipo me dice que tengo que ir de jefe de filas lo aprovecharé e iré, pero sin ninguna presión". El futuro es suyo.