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CICLISMO | ITZULIA

Martínez se encumbra en la Itzulia

Triunfo del colombiano en la ronda vasca, con Ion Izagirre como ganador de la última etapa en el Santuario de Arrate. Caída de Mas, que pudo entrar en meta.

Dani Martínez, en el podio
AMAIA ZABALO

El Santuario de Arrate era hoy la cumbre de las emociones. Un rincón de fe depositario de profundas creencias. La mayoría de las almas expresaba su agradecimiento por conquistas terrenales, como una txapela, un triunfo de etapa o las buenas sensaciones sobre el asfalto en una carrera durísima. Daniel Felipe Martínez, un colombiano persistente que lo mismo gana al esprint que se anuda a cualquier rueda subiendo, se apoyaba en el manillar conmovido por haber sumado la Itzulia, una carrera de enorme prestigio en la que peleó con monstruos del calibre de Roglic, Alaphilippe y Evenepoel. A la chita callando, sin hacer excesivo ruido, se llevó tal honor. Ion Izagirre acabó entre lágrimas, rodeado por los suyos, amigos y familiares. Tenía tanta rabia metida en el cuerpo que fue una explosión de sentimiento. A 3,7 km para acabar, en pleno esfuerzo por la subida a Usartza, hizo el afilador con Vingegaard y se fue al suelo. Se le veía con una potencia de cohete y era una verdadera desgracia, porque en teoría arruinaba sus posibilidades de ganar en la mítica cima armera. Esa palabra no existe para los titanes. La etapa estaba siendo puro espectáculo, con los favoritos moviéndose en cada curva, y tras el ataque de Vlasov, el corredor de Ormaiztegi se levantó inmediatamente y remontó como un tren desbocado hacia la zona delantera, para alzar los brazos en un escenario de leyenda. Sacó el coraje, y la adrenalina le dio combustible extra. Abrillanta un buen palmarés. Primera victoria con el maillot del Cofidis, y ya tiene dos triunfos en la ronda vasca, además etapas en las tres grandes, Tour, Giro y Vuelta. Ha conseguido, asimismo, los títulos nacionales en ruta y contrarreloj. Emocionado también estaba Mas, que sufrió un accidente bajando y pudo incorporarse no sin ciertas dificultades y acabar la jornada, con la nariz ensangrentada y dolores en un brazo. Una pena porque de no ser por el infortunio podía haber luchado por todo el pastel.

Hay que conocer la llegada a Arrate. Muchos piensan que los metros finales se deciden por potencia, pero entregan la medalla de oro al que mejor los calibra. Es un colofón en el que hay que salir primero en la última curva. Ion tuvo la cabeza fría para enganchar con los mejores y poner los planos en orden dentro de su mente. Pedaleó después al filo del abismo, como un funambulista, con la fe y la fuerza de un campeón en una cúspide cercana al cielo de los imposibles. La inercia en la labor de caza le ayudó a contar con ritmo, porque piernas ya sabía que tenía. Se coló por espacios inverosímiles. Dani Martínez estaba allí delante, con un Vlasov que se veía favorito. El colombiano no arriesgó lo más mínimo porque solo con llegar juntos ya tenía asegurado el amarillo. A Izagirre le supo el triunfo a gloria, al mismo nivel que la propia Itzulia que se llevó a casa en 2019.

Es el segundo colombiano que se convierte en rey del País Vasco, tras Nairo Quintana en 2013. Dejó a Izagirre a 11 segundos, Vlasov a 16, Evenepoel a 21 y Bilbao y Vingegaard a 32. La carrera empezó a dinamitarse desde mucho antes, en la subida a Krabelin, a 40 km para la meta. El Ineos provocó una lógica selección acelerando el paso. Atacó Roglic dando una falsa impresión de que estaba fuerte y que trataba de desafiar al líder Evenepoel. Mas se sumó a la fiesta, pero se cayó y eso cambió esta bendita locura. El propio Evenepoel pugnó por la victoria en el esprint de Eibar porque le daba tres segundos de bonificación preciosos, tal y como estaban las cosas. En esos 40 km finales hubo hasta tres generales completamente diferentes en la Itzulia.

En la subida al Santuario, aceleró Vlasov a cinco km para acabar y cedió Evenepoel. Vingegaard se puso a rueda mientras Martínez se frotaba las manos viendo su ganancia de pescador en un río tan revuelto. En el tramo más duro claudicó el indómito Bilbao, mientras Formolo daba guerra con zarpazos continuos. En el toma y daca del último tramo salieron a relucir dos gigantes llamados Dani Martínez y Ion Izagirre. El colombiano inscribe su nombre con letras de oro en un palmarés en el que figura cuatro veces Contador  (2008, 2009, 2014 y 2016) uno de su ídolos. También es admirador de Armstrong, Nibali y su compatriota Mauricio Soler. Ya tiene la general del Dauphiné y etapas en París-Niza y Tour. Tal vez este triunfo le ofrezca la posibilidad de llevar los galones del Ineos en alguna de las grandes por etapas. Final de una de las Itzulias más competidas, en la que el juego de las escapadas y la emoción por una general tan apretada pusieron un punto de emoción a los pies de la Virgen de Arrate que nadie olvidará.

Clasificaciones

Etapa:

1. Ion Izagirre (ESP/Cofidis), los 135,7 km en 3 h 47:07 (velocidad media: 35,849 km/h)

2. Aleksandr Vlasov (RUS/BOH) m.t.

3. Marc Soler (ESP/UAE) m.t.

4. Daniel Felipe Martinez (COL/INE) m.t.

5. Jonas Vingegaard (DEN/JUM) a 03.

6. Pello Bilbao (ESP/BAH) 13.

7. Remco Evenepoel (BEL/QST) 24.

8. Juan Pedro López (ESP/TRE) 52.

9. Davide Formolo (ITA/UAE) 1:29.

10. Felix Gall (AUT/AG2) 1:41.

General

1. Daniel Felipe Martinez (COL/INE) 21 h 59:36

2. Ion Izagirre (ESP/COF) a 11.

3. Aleksandr Vlasov (RUS/BOH) 16.

4. Remco Evenepoel (BEL/QST) 21.

5. Pello Bilbao (ESP/BAH) 32.

6. Jonas Vingegaard (DEN/JUM) m.t.

7. Marc Soler (ESP/UAE) 1:26

8. Primoz Roglic (SVN/JUM) 3:18

9. Enric Mas (ESP/MOV) 3:55

10. Rigoberto Urán (COL/EF1) 5:03