En la previa de A Través de Flandes, Mathieu van der Poel avisaba ante los medios presentes, entre ellos AS, de sus posibilidades vía zoom: "Tal vez, la de este año ha sido de mis mejores preparaciones. Pude hacerlo como quería y no llegar a la carretera inmediatamente después del ciclocross. Me siento bastante bien", dijo. Y un día después confirmó sus buenas sensaciones al imponerse en la clásica belga en una jornada en la que corrió con mucha serenidad, sangre fría y con un solo movimiento en la parte final que fue suficiente para decidir el ganador. A sus 27 años, mostró una experiencia que, poco a poco, va haciendo cada vez más visible. Quedó por delante de Tiesj Benoot, al que superó sin complicaciones en el esprint, y Thomas Pidcock cerró el podio. Pogacar, en su primer contacto con el pavés, fue décimo.

Fue una carrera de mucho nivel, el siempre aperitivo y antesala del Tour de Flandes del domingo, segundo monumento de la temporada. Los 183 kilómetros entre Roeselare y Waregem, repletos de cotas y un gran número de tramos adoquinados, son el mejor entrenamiento para la cita, además de ser una carrera de gran prestigio. La escapada la formaron Nils Politt, Johan Jacobs (sigue dando imagen al Movistar en este tipo de citas), Kelland O'Brien, Aaron Verwilst y Mathijs Paasschens. Con más de tres minutos de renta, empezaban los movimientos por detrás. El primero, un Van der Poel que a 90 km de meta quería hacer una primera criba. Acabó volviendo al pelotón. Fue a 68 km del final el momento decisivo: el Ineos endureció la carrera y justo en ese momento no pudo estar Pogacar, mal colocado tras verse afectado por una caída cerca de su posición.

El esloveno llegaba a estar citar para probar el pavés de cara al domingo y también para el Tour de Francia que este año contará con adoquín. "Que mejor preparación que en un monumento", contaba Matxín, mánager del UAE. Como él mismo asumía en meta, estaba "atrás" en el ataque del Ineos. Luego quiso reaccionar en solitario, pero no fue posible. Una lección aprendida, para eso se apuntó a esta carrera. De esta forma, se formó un grupo de once corredores en cabeza, con los cinco fugados y los seis que llegaron por detrás, entre ellos Pidcock y Van der Poel, a menos de 50 km de meta.

Después, fueron cayendo por eliminación, quedando ocho para jugarse el triunfo. Campenaerts, muy activo en la escapada, agitó el tramo final. Pidcock también se movió, Kung salió a por él... y Van der Poel a su rueda. Quedaban 2 km y el del Alpecin había elegido la mejor opción. Benoot también lo probó y ambos se jugaron un mano a mano con el neerlandés superior y el belga aplaudiendo. Para Van der Poel es su segunda conquista en esta carrera tras la de 2019. Pogacar acabó décimo, y con nota tomada de esta jornada para el futuro. Ambos estarán el domingo en Flandes, y también Van Aert. Una cita de muchos quilates. En clave española, en  A Través de Flandes acabaron Cortina (34º) y Alex Aranburu (85º).