Primoz Roglic es insaciable y logra su hat-trick en París-Niza
El esloveno, con el maillot amarillo, se llevó el triunfo en La Colmaine con una autoridad aplastante. Con dos ataques derrotó a sus rivales y robó la gloria al fugado Mader.
Primoz Roglic logró su tercera victoria, segunda consecutiva, en una París-Niza que domina con una autoridad aplastante a pesar de ser su primera cita del año. El esloveno no tiene rival en la carrera francesa, en la que no desaprovechó la llegada en alto de La Colmaine, donde su equipo, el Jumbo, llevó a su líder hasta los últimos kilómetros, consciente del gran estado de forma con el que ha comenzado la temporada. Y el mejor ciclista de 2020 no decepcionó. Con una potencia arrolladora, dejó a todos sus rivales en el último kilómetro y adelantó en los últimos metros a Gino Mader, que se quedó con la miel en los labios tras todo el día en fuga. Porque Roglic es insaciable y ya suma 50 victorias en su carrera.
La escapada del día estuvo formada por 13 corredores de mucha calidad, incluido el español De la Cruz (UAE), junto a Amador y De Plus (Ineos), Madre y Teuns (Bahrain), Elissonde y Bernard (Trek), Lutsenko (Astana), Powless (EF), Perez (Cofidis), Cattaneo y Bennett (Deceuninck) y De Gendt (Lotto Soudal). Los integrantes del Trek fueron los encargados de intentar seleccionar a la fuga, pero se encontraron con un fortísimo Gino Mader, el escalador suizo que brilló en la pasada Vuelta, que demostró ser el más fuerte.
Pero por detrás la carrera ya estaba lanzada. Lo intentó el Cofidis con Geschke, también el Astana para Vlasov e Izagirre. Pero ninguno era capaz de desmontar a un potentísimo Jumbo, que controlaba con Bennett y Kruijswijk. Ambos se encargaron de controlar la carrera hasta que Roglic decidió lanzar el ataque que le llevó hasta la victoria, para desgracia de un Mader que vio muy cerca el triunfo. Por detrás, ni Schachmann, que en un principio sí pudo agarrarse a su rueda, ni Vlasov, ni un Ion Izagirre que bajó a la cuarta plaza, pudieron hacerle sombra. Roglic está a otro nivel y lo está demostrando desde el primer día.
Por ese dominio tan claro, nadie se atreve ni a pensar que el esloveno pueda perder la carrera este domingo en la última etapa, que por cierto no acabará en Niza por las restricciones sanitarias. La jornada seguirá siendo corta, de 93 km, pero con final en Levens y tres ascensiones de segunda categoría. Lo previsible es que sea un paseo para Roglic, que no se fía: "Fue una buena victoria y la logré gracias al gran trabajo de mi equipo, pero yo ya estoy pensando en este domingo", declaró. Un día en el que Ion Izagirre sí podría plantearse intentar recuperar su plaza de podio.