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CICLISMO

De derrotar al cáncer a correr en la Fundación Contador

Andrea Montoli, a sus 18 años, llega al equipo sub'23 de la Fundación Contador con un excelente cartel. Hace tres años superó un linfoma de Hodgkin.

De derrotar al cáncer a correr en la Fundación Contador
@FundContaTeamTwitter

El italiano Andrea Montoli (Parabiago, 18 años), es una de las esperanzas de futuro del ciclismo italiano que acaba de llegar a la estructura sub'23 de la Fundación Alberto Contador. Una nueva sonrisa para el equipo después de haber derrotado a un terrible enemigo que le amenazó de muerte hace tres años: el linfoma de Hodgkin.

Montoli, uno de los corredores de la temporada juvenil en Italia, llega acompañado por una historia sobrecogedora. Hace tres años, cuando tenía 15, le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin. "Fueron los momentos más difíciles de mi vida. Un día estás con tus amigos, la vida es maravillosa, y al otro no sabes qué va a pasar. Te tienes que operar, eres joven y estás confuso. La operación, el tratamiento. Con determinación y coraje superé ese momento". No le resultó fácil al ciclista lombardo superar el trance, pero lo logró. Ahora tiene un mensaje de superación para todo el mundo. "Hace tres años no podía hacer ni veinte kilómetros sobre la bici. Nunca hubiera podido imaginar que ganaría los Nacionales apenas tres años después".

Andrea Montoli deja de ser un júnior para subir de categoría en otro país, en otra cultura. A comienzos de septiembre se impuso en el campeonato italiano juvenil, un título que en su club no lograban desde 1972. Luego se llevó el Trofeo Buffoni, cita muy prestigiosa que de igual manera pudo celebrarse en un contexto competitivo condicionado por la pandemia. "Estoy muy contento por haber tomado esta decisión. La Fundación me ofrece un camino muy bueno hacia el profesionalismo", sintetiza.

El ciclista de Parabiago, población cercana a Milán, llega a la Fundación desde el Club Ciclistico Canturino 1902 y es consciente del reto que asume. "Sé que no es normal ni tampoco es fácil. Primero porque afronto mi primer año en la categoría y porque llegas a una nueva categoría en la que vas a competir contra chicos mayores que tú, con más experiencia. Es una gran dificultad, más aún por ser en otro país, pero estoy convencido de que aprenderé mucho con esta experiencia. Tenía muchísimo interés en poder conocer otra realidad de este deporte y esta oportunidad lo permite".

Montoli, quien prefiere las subidas y admite que las llegadas masivas le dan respeto, a pesar de que se considera un hombre rápido, sueña con dos carreras: la Lieja-Bastoña-Lieja y la Milano-Sanremo. Su afición al ciclismo le viene de familia, es el deporte que desde niño lleva en el corazón. "Uno de mis abuelos y mi padre son grandes apasionados de este deporte. Un día, viendo una etapa del Tour de Francia, le dije a mi madre: "quiero ser ciclista". Y ahí comenzó todo.