"Tengo 30 años pero soy como un neoprofesional"
Albert Torres, una de las referencias del ciclismo en pista, debuta en el Giro en una grande de tres semanas. Atendió a AS para contar cómo afronta el reto.
Albert Torres (Ciudadela, 30 años) sabe lo que es ser campeón del mundo y de Europa sobre una bicicleta, pero dentro de un velódromo, su entorno natural. A pesar de tener alguna experiencia en la carretera, no ha sido hasta este 2020 cuando el Movistar apostó por él y cuando se ha podido plantear dar el salto en serio a la ruta. Que los Juegos Olímpicos se aplazaran fue el empujón definitivo y ha pasado en este 2020 de tener la pista de Tokio como objetivo a debutar en una grande. Atendió a AS en las horas previas.
¿Cómo vive estos momentos antes de correr por primera vez una vuelta de tres semanas?
Como no puede ser de otra manera, ¡con muchísima ilusión! Es una carrera que he seguido toda la vida por televisión y ahora voy a vivirla desde dentro. Es una gran oportunidad para crecer mucho en todos los aspectos.
Su presencia en la alineación fue una sorpresa.
No tenía planeado competir en ninguna grande. Pero con la situación actual y las circunstancias que se han dado, había que estar dispuesto a todo. Estuve en Tirreno, carrera de ocho días con etapas de alto kilometraje que sirvió de test para ver cómo respondía el cuerpo. Me sentí bien y creo que el equipo quedó contento con lo que aporté.
¿Qué expectativas tiene?
La de aprender el oficio, porque aunque tenga 30 años y éxitos en la pista, aquí en la carretera soy como un neoprofesional. Quiero seguir creciendo, porque centrarme en la carretera es un objetivo que tengo a medio plazo. Confío en escuchar a los directores, en que consigan sacar de mí el máximo. ¿En carrera? Lo que me digan desde el coche, si tengo que trabajar, si tengo que meterme en una fuga, si tengo que sacrificarme por un compañero con más experiencia...
A pesar de su corto bagaje, esta temporada suma ya 27 días de competición. ¿Qué le aporta su experiencia en el velódromo en la carretera?
Me permite saber moverme bien en el pelotón en esos momentos de tanto nerviosismo y altas velocidades de los finales llanos. Es práctico no sólo para mí, sino también para colocar bien a un compañero en el grupo o tenerle protegido.
¿No le abruman las tres semanas de competición?
Abrumar, no, pero está claro que soy una incógnita, y más en una carrera como este Giro, con una última semana tan dura.
¿Le está pidiendo muchos consejos a los compañeros?
Aunque soy tímido, pregunto. Comparto habitación con Pedrero, un ciclista que dio un gran paso en el pasado Giro y una persona muy tranquila. Me viene muy bien estar con él.
¿Y Tokio? ¿Aparcado?
Aparcado no, pero una vez que se aplazaron los Juegos tuvimos tranquilidad. Espero estar el año que viene en las mejores condiciones, pero ahora mismo tengo una enorme oportunidad de correr un Giro y crecer como ciclista. Y la quiero aprovechar.