El Col de la Loze: el tobogán que puede incendiar el Tour
Esta ascensión inédita, con el paso previo por la Madeleine, asoma en una etapa de máxima exigencia que puede cambiar la carrera. Pogacar desafiará a Roglic.
La suerte de este Tour de Francia pasa por el Col de la Loze. Esta ascensión inédita, tras el paso previo por la Madeleine, definirá buena parte de lo que pase en la general de la carrera. Se trata de un enclave espectacular, situado el final siete kilómetros por encima de la estación de esquí de Méribel, con rampas que superan el 20% que emergen en un coloso de 21,5 kilómetros. El puerto, como tal, no existía hasta que se asfaltó en mayo de 2019. Solo se ha subido en la última edición del Tour del Porvenir y se impuso el australiano Alexander Evans.
La característica principal del Col de la Loze es su irregularidad y dureza. "Nunca hay la misma pendiente", señaló en octubre Thierry Gouvenou, director de carrera del Tour de Francia. "Pasamos del llano al 20%, luego al 10%.... Hay un cambio de ritmo constante. "Es difícil encontrar un lugar comparable. Es un camino único en Francia", sostuvo. La general llega apretada, con Roglic y Pogacar haciendo bandera de Eslovenia. Todas las miradas se centrarán en ellos, pero la exigencia de la etapa puede provocar cambios profundos en la clasificación si se producen ataques desde lejos o derrumbamientos de los hombres más fuertes hasta el momento. "He reconocido el Col de la Loze y se puede perder media hora ese día", asegura Pogacar. Es un aviso a navegantes.