CICLISMO

"En Alemania idolatran a Zabel y Aldag pero le joden la vida a Ullrich"

Lance Armstrong salió en defensa de Jan Ullrich, uno de sus grandes rivales, en el último capítulo de la serie sobre la figura del texano en ESPN.

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Lance Armstrong y Jan Ullrich ruedan durante una etapa del Tour de Francia 2005.
Stefano Rellandini REUTERS

Lance Armstrong y Jan Ullrich protagonizaron a finales de la década de los 90 y comienzos de los 2000 una de las grandes rivalidades que se recuerdan en la historia del ciclismo en las carreteras del Tour de Francia.

Sin embargo, casi veinte años después de aquellas batallas en el Tour, ambos ciclistas se han convertido en ángeles caídos del ciclismo tras descubrirse que tanto como Ullrich como Armstrong habían estado vinculados a redes de dopaje.

Pese a ser su bestia negra en la Grande Boucle, ya que Armstrong finalizó como ganador en el 2000, 2001 y 2003 por delante de Ullrich antes de que le quitasen sus títulos, el texano tuvo palabras de cariño para el alemán y lamentó el trato que se le ha dado en Alemania al contrario que a otros corredores de su época. "Alemania pone como ídolos a Erik Zabel o Rolf Aldag. Les da trabajo, les llevan a las carreras y a la televisión e incluso les dejan subirse al podio. Pero en cambio han defenestrado, destrozado y jodido la vida a Jan Ullrich. ¿Por qué?".

Armstrong también quiso dejar patente la buena relación entre ambos corredores pese a su rivalidad en la carretera y el odio hacia sus rivales en su intención por querer ganar a toda costa. "Siempre hubo una relación muy respetuosa entre nosotros. Era muy diferente respeto al resto de tíos o corredores. No les gustaba y ellos tampoco a mí. Les veía estrechar la mano entre ellos y pensaba '¿Pero qué estás haciendo? ¡Tienes que odiarlos, hombre!' Nos respetábamos mucho entre ambos".

Un odio que, en ocasiones, Armstrong extendía a sus compañeros de equipo si no respetaban sus galones de líder del US Postal. "Era el líder del equipo, el que iba a ganar el Tour de Francia, era impensable que hubiera otro tío en el equipo que pensara en ganar el Tour. Si alguien lo pensaba, ahí estaba la puerta".

Uno de los compañeros que lo sufrió fue Floyd Landis, que en 2010 desveló una serie de correos de Armstrong y el US Postal vinculados con una trama del dopaje que supuso el inicio del fin de la leyenda del texano. "Podría ser peor, podría ser Floyd Landis y despertarme como un pedazo de mierda cada día. Sí, es lo que pienso. Bueno, no lo pienso, lo sé", manifestó Armstrong, a lo que Landis respondió: "No estará feliz con aquello, espero que encuentre algo de paz en su vida. No le tengo ningún rencor".