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Diario de la ABR: entre olivo y olivo, 'subidón'

La segunda etapa por tierras jienenses ha comenzado a mostrar la dureza de la competición, con buena parte del recorrido acometiendo impresionantes ascensos.

Jaén
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Diario de la ABR: entre olivo y olivo, 'subidón'
ABR

La Andalucía Bike Race ha entrado en 'harina'. Tras la contrarreloj que abría boca en la primera etapa, la segunda ha comenzado a mostrar la verdadera dureza de la prueba con un recorrido en el que se han acometido grandes ascensiones en 72 kilómetros navegando en un mar de olivos, seña de identidad de estas tierras.

Y es que impresionan las grandes extensiones cubiertas por este árbol del que se extrae ese elixir que es el aceite de oliva. Y durante tantas horas pedaleando entre olivo y olivo, hay tiempo para darle al 'coco' sobre la situación en que se encuentra nuestra agricultura. Recorriendo la provincia de Jaén uno se empapa de esa riqueza que está en peligro incomprensiblemente.

Pero la segunda etapa tampoco ha dejado mucho tiempo para meditar sobre lo divino y lo humano, ya que, entre olivo y olivo, los ochocientos participantes de esta décima edición de la ABR han acometido interminables pendientes, 'subidones' muchos de ellos en senderos casi impracticables, mostrando ya la verdadera dureza de la competición más importante de Europa. Sierra Mágina, la Sierra de Almadén, los pueblos con sus casas blancas, un paisaje de postal, pero con durísimas rampas, eso sí con un piso muy seco, lo que facilita las cosas. Y también ha habido tiempo para los vertiginosos descensos por increíbles y técnicos caminos, otra de las señas de identidad de esta competición.

El pelotón se despide de Jaén para pasar en la tercera etapa a Andújar. Una jornada un poco más corta (70 kilómetros) y con menos desnivel (1.900 metros de ascensión frente a los 2.200 de la segunda). Se seguirá la vega del río Guadalquivir para llegar a Marmolejo y acometer la bajada de los Caracolillos, la subida de el Madroño y descenso de Camino Viejo. Vamos, diversión asegurada, sin olvidar el sufrimiento que eso lleva implícito.