Muere Raymond Poulidor
El francés falleció a los 83 años. Fue una de las grandes figuras del ciclismo en los 60 y 70, con ocho podios en el Tour. Ganó la Vuelta de 1964.
Pou Pou murió a los 83 años. Hospitalizado el 8 de octubre debido a la fatiga que arrastraba por un edema pulmonar, falleció a las dos de la madrugada de este miércoles en la localidad en la que residía, Saint-Léonard-de-Noblat, según informó la familia al diario L’Équipe. No renegó de sus orígenes humildes, y el pueblo donde nació, Masbaraud-Mérignat, también en la región de Limousin, se encuentra a sólo 30 kilómetros de distancia. Sus padres, ganaderos, le enseñaron “el valor del esfuerzo y el trabajo”, como dijo en una de sus entrevistas con AS.
Vencedor de la Vuelta de 1964, de la Milán-San Remo de 1961, de la Flecha Valona de 1963, de dos Dauphinés (1966 y 1969) y dos París-Niza (1972, 1973), empezó a montar en bicicleta para hacer recados, durante el tiempo libre que le permitía la granja familiar. Labró su popularidad como una persona obstinada, combativa y cercana a sus compatriotas. En su palmarés sumó 189 victorias, por eso se consideró “un deportista exitoso e infravalorado”. Sin embargo, el no conquistar nunca el Tour de Francia le sirvió para convertirse en hombre-marca. En la edición pasada cumplió su 48ª aparición en la ronda, 14 como corredor y 34 dentro de la caravana de publicidad, ya con notables signos de cansancio.
No abandonó el ciclismo y su nombre seguía de actualidad gracias a la continuación de su estirpe. Tuvo dos hijas junto a Gisèle, Isabelle y Corinne. Esta última se casó con Adrie van der Poel, brillante clasicómano. Su nieto, Mathieu van der Poel, destaca en ciclocross, mountain bike y carretera, y se trata de una de las mayores estrellas de la actualidad a sus 24 años. En 1976, con 40, Poulidor se despidió como el más veterano en subir a un peldaño del cajón del Tour: tercero. “Ojalá Mathieu disfrute tanto de la bici como yo”, aseguraba. Para el recuerdo dejó la imagen de su ascensión codo con codo con Anquetil al Puy de Dôme, en 1964, aquella Grande Boucle en la que la bonificación lograda por Julio Jiménez le privó de la gloria. Nunca ganó el Tour, ni se enfundó el amarillo, pero fue un símbolo para Francia y su deporte. Este miércoles se marchó para siempre.