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CICLISMO

"Wiggins hizo las maletas y se marchó del hotel tras perder una crono con Contador"

En su biografía One Ticket: Nine Lives on Two Wheels, el ex ciclista y actual director deportivo Jonathan Vaughters repasó las polémicas con el británico en el Garmin.

Bradley Wiggins rueda durante una crono del Tour de Francia 2009 con el maillot del Garmin-Slipstream de Jonathan Vaughters.
PASCAL PAVANIAFP

Este próximo jueves Jonathan Vaughters sacará a la venta su autobiografía titulada "One Way Ticket: Nine Lives on Two Wheels" (billete de ida: nueve vidas sobre dos ruedas). El actual manager del Education-First repasa los episodios más destacados que ha vivido durante su trayectoria en el ciclismo y en uno de los capítulos que se han difundido en el diario británico The Times para promocionar el mismo aparece las diversas polémicas que tuvo con Bradley Wiggins durante la etapa de ambos en el Garmin-Slipstream.

Vaughters quiso destacar cómo logró firmar al británico y destacó que, desde un primer momento le gustó su actitud. "Era una persona especial, propenso a los extremos en rendimiento y comportamiento. Cuando pierde la concentración, pierde los papeles. Es autodestructivo y destructivo para los que le rodean, no piensa en nadie más que él. Le firmé en 2008 con muchas expectativas. Si se centraba podía dar mucho más. Antes le consideraban competitivo en contrarrelojes cortas. Fue una negociación con humor. "Espero que puedas apreciar que no quiero jugar con estas tonterías de negociación. Quiero tenerte aquí, te pagaré todo lo que pueda... pero no es mucho. ¿Suena bien? ¿Cuánto quieres que te paguen?" y respondió "Odio las tonterías y esto es lo que creo que valgo y por qué..." Me encantó su actitud. Sin bromas, sin decoro, directo al grano. Además vi en Brad una cosa que no vi en otros corredores: una gran confianza en sí mismo. Fue doble oro olímpico en Pekín 2008. Al contrario que muchos managers europeos, que habían visto fracasar a muchos pistards en carretera, pensaba que Wiggins podría hacer algo extraordinario. Mostró que podía lidiar con la presión, que tenía ambición, que era un campeón".

Sin embargo el estadounidense se preocupó por el británico después de que perdiese los papeles tras perder el prólogo de París-Niza 2009 ante Alberto Contador. "La temporada 2009 no empezó bien. Se veía capaz de ganar la crono de París-Niza, pero no lo hizo. Tuvo un bajón desde entonces porque, cuando terminó segundo tras Alberto Contador, no pudo aceptarlo. Tuvo un derrumbe infantil, que si los helicópteros iban contra él, que si Contador se había dopado, que no le gustaba a los franceses. No quiso ni pudo aceptar que Contador le había ganado en un prólogo. Pensamos que sería la decepción por perder, pero era algo más. Entonces hizo las maletas y abandonó la carrera. Nos preguntamos si se había ido para siempre. No fue una buena forma de impresionar a su nuevo equipo ni a sus compañeros. Me quedé impresionado y todo el equipo esperaba a que tomara medidas con Wiggins. Sueles ver a gente con carácter temperamental en el ciclismo pero esa fue una de las cosas más raras que había visto hacer a un ciclista en tiempo. Era una pequeña pista de quien era Wiggins. Desesperadamente quería ganar, era un ganador nato. Pero estaba centrado en si mismo y no tenía dotes de líder. Era una paradoja: un campeón nato solo en el campo de batalla".