Al fin es oficial: Samuel Sánchez recibió una suspensión de dos años por su positivo con GHRPs (hormona del crecimiento). El asturiano fue cazado en un control sorpresa el 9 de agosto de 2017. Desde entonces, castigado de forma cautelar, había recurrido la decisión junto a su equipo de abogados. La resolución le impone dos años por una falta de diligencia al hallarse un producto ilícito en su orina, aunque se libra de la sanción económica del 70% de su sueldo anual al aceptarse la alegación de la contaminación: “Mi esfuerzo, dinero y tiempo me ha costado”.

En un comunicado, la UCI reconoce la “posibilidad de que el origen de la sustancia prohibida fuera un suplemento contaminado”. También asumen que el caso debería haber quedado cerrado “mucho antes”, si bien la complejidad de los diversos y múltiples análisis científicos, así como las investigaciones subsiguientes, merecían la “máxima atención para alcanzar las conclusiones correctas”. Pese a que la UCI dejó abierta la puerta a apelaciones futuras, Samuel, de 41 años y retirado desde ese 2017, no parece que las vaya a efectuar.

De hecho, se mostró muy satisfecho en una carta enviada a los medios: “Esta decisión ratifica la no intencionalidad por mi parte al haber probado y demostrado la contaminación de un suplemento alimenticio. Demostrado y probado esto, la UCI resolvió no aplicar sanción económica alguna y proceder a la reducción de cuatro a dos años de pena, la cual estará cumplida en dos meses y medio. Manifiesto mi conformidad y alegría con la conclusión del proceso, así que mi trayectoria e imagen seguirán intactas”. Campeón olímpico en los Juegos de Pekín 2008, Samuel trabaja con una escuela de chavales: “A partir de ahora podré mirarles a la cara y decirles abiertamente que no me dopé. Continuaré con la cabeza bien alta”.