Mikel Landa empezó mal el Giro de Italia 2019. El vasco salió, como la mayoría de los aspirantes al título, entre los primeros en la crono inicial de 8 km, pero no se le vio cómodo. En la meta del Santuario de San Luca se dejó 1:07 con el mejor de los favoritos, Primoz Roglic. Nibali le metió 44 segundos y Supermán López y Dumoulin, 39. "No comencé como quería. No me encontré bien en la parte final. La subida me resultó muy larga", aseguró el alavés sobre los 2 km finales de la contrarreloj, una ascensión al 9,7% de media.

Aun así, el líder del Movistar sabe que queda terreno para meterse de nuevo en carrera y dar la vuelta a la situación: "Esto no ha hecho más que arrancar. Tenemos 20 días para corregirlo. Habrá que ser más agresivos y tratar de recuperar cualquier día".

Por su parte, Richard Carapaz, cuarto en el Giro de 2018, fue 20 segundos mejor que su jefe de filas: "Me siento orgulloso por el resultado, por verme con buenas piernas y haber sacado el trabajo de preparación. Sin embargo, concluir por delante de Mikel no cambia nuestra mentalidad. Es el líder designado por el equipo, respeto esa línea y buscaremos la mejor clasificación con él".