CICLISMO | VUELTA AL PAÍS VASCO
Landa afina para el Giro en la Vuelta al País Vasco
El corredor alavés del Movistar se ha propuesto calarse la txapela en la Vuelta al País Vasco para dar un golpe en la mesa de cara al Giro. Thomas y el Astana tratarán de negárselo.
Zumarraga da el banderazo de salida a una Itzulia (denominación instaurada desde el año pasado para la Vuelta al País Vasco) que empieza anunciando emoción, ya que la contrarreloj individual que solía cerrarla ha sido ubicada esta vez en la primera etapa, para abrir boca. Sobre 11,2 kilómetros, empezará a realizarse la primera criba. Casi todos los ojos se posan en Geraint Thomas, por el pedigrí que se trae como último ganador del Tour; Julien Alaphilippe, posiblemente el corredor más destacado de lo que va del curso; y el Astana, el equipo más en forma. Todos ellos son los grandes obstáculos en el camino de Mikel Landa en busca de la txapela y de encontrar las mejores sensaciones de cara al Giro.
Tras el aperitivo contra el crono, a la caravana le esperan otros 773 kilómetros, de cara a cubrir las seis etapas de la ronda, en las cuales se han repartido 22 altos de montaña, cinco de primera categoría, dos de segunda y 15 de tercera. Esas subidas, la crono y las bonificaciones de cada etapa (10, 6 y 4 segundos en la línea de meta, y 3, 2 y 1 en el sprint especial) decidirán quien sucede en el palmarés al esloveno Roglic, que también prepara el Giro pero ha preferido no recorrer las carreteras de Euskadi.
Dorsal 1
Landa aspira a subir ese peldaño que se le puso delante el año pasado, en el que acabó segundo. Portará el dorsal 1 ante la ausencia de Roglic. Además, no tomará la salida ningún vencedor anterior en la carrera. También estará el tercero de 2018, un Ion Izagirre que ha hecho la puesta a punto para País Vasco en el Teide y asume su favoritismo.
Mikel, perseguido por las caídas últimamente, corrió el sábado el Gran Premio Miguel Indurain en Estella pensando ya en la Itzulia, a la que llega con solo ocho días de competición en las piernas debido a su accidente a principios de año en la Challenge de Mallorca. Pero en este corto espacio de tiempo le ha dado para ganar la segunda etapa de la Coppi-Bartali. “Me ha venido muy bien para la confianza, no la esperaba”, admite. Ha sudado en el rodillo y ha cuidado mucho la alimentación. “Soy consciente de que vengo a competir contra gente que tiene mucho más ritmo que yo, de Tirreno, París-Niza, de la Volta, y eso se nota”, prosigue.
Landa es prácticamente la única bala del Movistar. Enric Mas, la otra perla del ciclismo español y sexto en la general el año pasado tras ganar la etapa reina en el santuario de Arrate, espera no estar muy lejos. Muchos participantes temen la segunda etapa, que termina en Gorraiz, en la que destacan los 4.800 metros de sterrato (camino de tierra) y los 4.100 de cemento en los 60 km finales.