CICLISMO | TOUR DE FLANDES

Sorpresa monumental de Bettiol en Flandes; Valverde, octavo

El italiano, sin victorias hasta ahora como profesional, se llevó el triunfo en el segundo monumento. Asgreen y Kristoff, podio. Valverde, octavo. Van der Poel, cuarto.

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Sorpresa monumental de Bettiol en Flandes; Valverde, octavo
Education First

No hubo victoria de un debutante, pero sí una sorpresa que pocos esperaban. Alberto Bettiol, ciclista italiano de 25 años del Education First, se impuso en el Tour de Flandes, el segundo monumento de la temporada. Lo logró gracias a la estrategia de su equipo y a su sorprendente fuerza para atacar en el Oude Kwaremont, abrir hueco y mantener casi 20 km la ventaja sobre el grupo de favoritos. Kasper Asgreen (Deceuninck) y Alexander Kristoff (UAE) completaron el podio en el sprint descafeinado de los gallos, que nunca se entendieron en la caza del fugado. Alejandro Valverde, en su debut con 38 años, siempre estuvo delante y acabó octavo.

Fue un Tour de Flandes raro, con su ganador de 2018, Niki Terpstra, eliminado por una caída a las primeras de cambio y con una de las atracciones, Mathieu van der Poel, sufriendo un extraño accidente tras un problema mecánico. El holandés, campeón del mundo de ciclocross y con una ilustre familia ciclista (hijo de Adrie van der Poel y nieto de Poulidor), que llegaba de ganar A Través de Flandes, no se rindió y volvió al grupo delantero, lo intentó en varias ocasiones y hasta acabó cuarto en meta. Su empeño en ser protagonista, a pesar de que debutaba en un monumento, no decepcionó a pesar de la mala fortuna.

Ya estaba delante cuando comenzó a seleccionarse la prueba. Una fuga peligrosa formada por Van Baarle (Sky), Vandenbergh (Ag2r), Asgreen (Deceuninck) y Vanmarcke (Education First) puso a los favoritos alerta. El Movistar, con un Valverde muy atento, arropaba a su líder con Erviti y Sutterlin acelerando el ritmo; Cortina también intentaba meterse en los cortes; Van der Poel se dejaba ver cada vez que podía... y el Deceuninck, al que le llegaban noticias de debilidad de su ciclista fugado, también se sumaba a tensar la carrera.

"Los 14 km más largos de mi vida"

Sin embargo, fue en la penúltima subida, al Viejo Kwaremont, cuando se produjo el ataque definitivo. Vanmarcke, ya en el grupo, se vio sin opciones y, a pesar de ser el líder con un historial con dos podios en la carrera, se dedicó a trabajar como un poseso consciente de que a su equipo le quedaban dos balas: Langeveld y Bettiol. Fue el italiano el que tomó la iniciativa con una gran arrancada a 17 km. Los favoritos, más pendientes de rivales con más nombre, dejaron hacer. Eso los que no pasaban por dificultades, caso de Peter Sagan. Pronto se arrepentirían.

Porque Bettiol, un ciclista joven pero que aún no se había estrenado como profesional, se planteó una contrarreloj hacia la gloria, aún con el Paterberg por el camino. Pasó bien la última cota y en el llano se vació mientras por detrás había poco entendimiento y sólo Van Avermaet arrancaba más por coraje que por convencimiento. "Los 14 km más largos de mi vida", diría luego en meta el italiano, con buenos resultados este año (4º en Harelbeke), pero cuyo triunfo significa, quizás junto al de Hayman en Roubaix 2016 y al estilo de Zaugg en Lombardía 2011, una de las mayores sorpresas de los últimos tiempos en las clásicas de más prestigio. Una sorpresa monumental.