Mas: "Soy ambicioso y por eso digo que quiero ganar el Tour"

Arrancó en el Algarve con un cuarto puesto y después se concentró en Colombia. ¿Cómo se encuentra y cómo afronta esta Volta?

Antes de empezar la temporada tuvimos otros tres stages con el equipo, con entrenamientos divertidos, muy duros, pero llevaderos. Me gusta salir a rodar con mis compañeros, a algunos les veo poco porque pertenecemos a distintos grupos: los de las clásicas, los que comienzan en Australia, los que hacemos más altura… En Colombia me sentí realmente a gusto. Respetan al ciclista como en ningún otro sitio, tanto en el trato cotidiano como en la carretera. Aquí no se nota esa deferencia. Respecto a la Volta, procuraré aprovechar la preparación llevada a cabo. Ojalá venza en las jornadas de montaña o aspire a la general. La idea es sacar el primer pico de forma durante Catalunya, País Vasco, Flecha y Lieja, aunque me pueden afectar las alergias.

¿Vive bien en Andorra?

Sí, muy bien. En invierno, cuando nieva y hace más frío, coincide con la época de concentrarse o iniciar los viajes y las carreras. Lo paso bien, me acompaña mi pareja, me entreno con otros corredores españoles… Pero el frío y yo no somos muy buenos amigos.

¿Qué le gusta hacer aparte del ciclismo?

Lo normal: estar con los familiares, con los amigos, ver a veces series o la tele, otros deportes… Practiqué atletismo, baloncesto y natación de chaval. Nadar me encantaba y se me daba bien, en el agua y con calor disfruto. Soy de Artà, de Mallorca.

En 2013 fichó por la Fundación Contador, paso previo a llegar al filial del entonces Quick Step en 2016 y a su primer equipo en 2017. En 2018 terminó segundo en la Vuelta. Ahora, con 24 años, ¿piensa que quema fases muy rápido?

No. Completé una campaña en categoría continental, en 2017 no gané nada y participé en mi primera Vuelta, y en 2018 me correspondió alcanzar el éxito pronto, a los 23. Soy muy joven y debo aprender muchísimas cosas. Para eso sirven competiciones como esta Volta, para lograr experiencia. En una temporada podría hacer las tres grandes, dos o una, aunque no se trata de reventar el motor antes de tiempo. Pretendo dosificarme, conocer las pruebas de una semana y las de un día, y aplicar ese aprendizaje a las grandes vueltas. Ahí creo que se encuentra más beneficiado mi perfil como corredor: recupero bien, hago buenas cronos y no me considero un tío lento, pero sobre todo soy un escalador.

(Enric Mas comenzó con la bicicleta “a los 12 o 13 años, por recomendación de un vecino”, en su tierra natal. Desde cadete le guía Toni Colom, excorredor de Illes Balears, Astana o Katusha, vencedor de etapa en Dauphiné o París-Niza y positivo con EPO. “Un error del pasado”. Con 19 años compartió una jornada de rodaje con Alberto Contador en el Gavia. Aguantó a su rueda la ascensión entera: “De mis recuerdos más importantes de chaval y una motivación tremenda”).

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¿Qué le parece que Contador le designara como su sucesor natural en el pelotón nacional para aspirar a Giro, Tour y Vuelta?

Pues un halago y un orgullo. Cuando empecé, él lo partía y conquistaba las carreras con las que sueña todo el mundo. Le valoro como una referencia, un espejo.

También dice que a usted le encanta la presión.

Sí. Más que nada porque me lo tomo con calma. No hago caso y me da igual lo que se comente por ahí de mí. La exigencia me la pongo yo junto a mi equipo. Diariamente, en la preparación y en cualquier prueba en la que me inscribo.

Este verano debutará en el Tour. ¿Se siente capacitado para buscar la victoria final?

Sí que lo pienso. Soy muy ambicioso. Por eso lo reconozco sin problema, aunque con los pies en la tierra. Sé que resultará complicadísimo y que se tratará de mi primera vez, pero dispondré de la mejor escuadra para superar los primeros nueve días. A partir de entonces, ya se comprobará.

El Deceuninck no se ha caracterizado tradicionalmente por su apuesta por las clasificaciones de tres semanas. ¿Le arroparán?

Sí. Llevaremos un equipo compensado, con algunos para mí, con un velocista y con Alaphilippe a la caza de triunfos. Poco a poco se perfila el ocho.

¿Por qué gana tantísimo el Deceuninck?

Por disciplina, talento, la gestión estratégica de los técnicos… Impera el buen ambiente y todos nos sacrificamos y remamos en la misma dirección.

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A la conclusión de la campaña acaba su contrato con la estructura. ¿Se ha planteado su futuro?

Aún no, sopesaré mis opciones al terminar el Tour. Eso sí, me encuentro cómodo aquí. Me han cuidado y han confiado en mí. Gracias a ellos he crecido como profesional, he aprendido inglés y me esfuerzo en otros idiomas, conozco otras culturas… Si desean que continúe vinculado a su proyecto seguramente me quedaré.

Estará cotizado y le llegarán ofertas, así que podrá exigir.

Ya veremos. Sigo en proceso de aprendizaje. Me gustaría conseguir resultados en las grandes rondas y rodearme de un grupo de gente cercana. Eso hay que lograrlo con el sacrificio y lo que demuestres en la carretera y fuera de ella.

Tiene claro que sus objetivos son las grandes.

Sí. Para eso me preparo y trabajo día a día. Sé que no se convertirá en un camino fácil, que sólo uno se lleva el título para casa y que supondrá resistir dificultades y decepciones. Sin embargo, quiero ese desafío en mi trayectoria deportiva.

Por último, ¿goza el ciclismo español de buena salud? ¿Cree que existe relevo generacional? A usted le señalan muchos como el próximo líder.

Asumiré la responsabilidad que me corresponda, como he explicado. Respecto al resto de los españoles, considero que sí vienen corredores de calidad: Marc Soler, David de la Cruz, Omar Fraile, Mikel Landa o los Izagirre. Quizá debamos esperar para acercarnos o igualar lo que consiguieron los Purito, Contador, Freire… y lo que todavía consigue Valverde. No obstante, continuaremos esa senda y seguro que se sacan buenas victorias.