Un día después de cumplir 24 años, Enric Mas fue uno de los protagonistas de la presentación del equipo belga Deceuninck-Quick Step que se celebró ayer en Calpe, donde están llevando a cabo una concentración de puesta a punto para la temporada. Y el ciclista de Artá (Mallorca), segundo en la pasada Vuelta con triunfo en la etapa reina y en el Premio As al mejor joven, confirmó que este año debutará en el Tour: “Me dicen que he saltado un escalón por no ir al Giro, pero he hecho dos veces la Vuelta y me siento preparado. El Tour es una obsesión para todos los ciclistas y el equipo confía en mí”.

Por tanto, se prevé que su debut sea sin presión pero con galones, los que le permite soñar: “Personalmente, quiero ganar, pero voy a conocer la carrera. Imagino una primera semana de mucha tensión y, según vaya pasando la carrera, estaré más tranquilo”. Un objetivo para el que se le achaca no estar en un equipo que pueda arroparle en la lucha por la general, configurado principalmente para lograr clásicas y victorias parciales.

Sin embargo, Enric Mas, que vivirá su última temporada de contrato con los belgas, nunca ha renegado del equipo que le dio un sitio en el World Tour cuando aún tenía 22 años: “Han llegado ofertas, pero aquí me han dado la oportunidad, tenía contrato y yo tengo que cumplirlo”. Y también sabe ver el lado positivo: “Si me hubiera ido a un Sky o a un Movistar quizá no hubiera tenido galones y a lo mejor ni hubiera corrido ninguna gran vuelta. Aquí he corrido ya dos y he hecho podio en una”.

En este 2019 no hará su debut hasta la Vuelta al Algarve (que se disputa del 20 al 24 de febrero), para luego seguir un calendario similar al de temporadas anteriores: “Me gustaría alcanzar un buen punto de forma en Cataluña (25 al 31 de marzo), aunque allí hace frío y el frío y yo no somos muy amigos, y en el País Vasco (8 al 13 de abril). Luego trabajaré para Julian Alaphilippe en las clásicas”. Su hoja de ruta en un 2019 donde es consciente de que tendrá más ojos encima que nunca.