Valverde: "El arcoíris no me ha quitado el hambre de ganar"
El ciclista murciano del Movistar valoró cuáles son sus aspiraciones para la temporada 2019, en la que lucirá el maillot arcoíris de campeón del mundo conquistado en Innsbruck.
Alejandro Valverde ya mira a la temporada 2019 con ilusión. Después de ganar un Mundial "con el que soñaba desde pequeño", el murciano del Movistar ya piensa en lo que será la próxima temporada vistiendo el maillot arcoíris. Un hito al que se suma sus 14 victorias, ser número uno de la UCI y ser elegido Velo d'Or. "Todo eso hace que afronte esta temporada con muchas ganas de disfrutar, de vestir el maillot de campeón del mundo en las mejores carreras, la motivación es incluso mayor", asegura el ciclista de 38 años, que sigue teniendo en mente aguantar hasta Tokio 2020 "siempre que esté en esta forma".
Reconoce que ganar ese Mundial le quitó un peso de encima, pero que no ha mermado su ambición. "El hambre de ganar no me la ha quitado". De hecho, ya se plantea nuevos retos para 2019, asegura que le gustará volver al Giro, intentar ganar en Flandes... aunque aún no tiene un calendario definido. De hecho, si algo le ha traído su oro de Innsbruck "son muchos compromisos". De momento, asistirá a los Criterium de Saitama y Shanghai, organizados por el Tour, aunque eso "ya son un poco vacaciones".
De cara a 2019, aún no sabe qué grandes correrá después de un 2018 donde reconoce que fue el Tour el peor momento: "Allí no logramos disfrutar". No lo descarta, de hecho cree que para él no sería bueno dejar de correr dos grandes: "A mí no me desgasta demasiado. Prefiero esas tres semanas de correr, estar encima de la bici, seguir una rutina de competición, masaje y descanso, que estar compitiendo un día en Canadá, otro en Polonia y estar de viaje en viaje. ¡Eso sí que me cansa!".
Aunque también tiene claro que si ha aguantado hasta los 38 años es porque necesita "menos trabajo que otros para estar en forma": "Entrenar, siempre hay que entrenar, pero creo que tengo más facilidad para mantenerme en un momento bueno. Para mí no es un sacrificio". Y espera que eso continue en 2019: "Ser campeón del mundo con 25 años puede suponer un peso, pero a los 38 te motiva más para seguir haciendo lo que me gusta".