Alma coordina las ceremonias de entrega de premios en la Vuelta
Madrileña de 34 años, explica que las funciones de una azafata va más allá de ser "una mujer florero", aunque lo importante es que "el ciclista acapare la atención".
Alma Porcar Martínez es una madrileña de 34 años residente en Australia cuya función en la Vuelta, en la que vive su 11º edición, es coordinar a azafatas, asistentes de podio y la ceremonia de entrega de premios con las autoridades. Una actividad en la que ya cuenta con experiencia y asegura que “va todo rodado”, pero donde debe poner especial cuidado ya que al final “está en juego la imagen de la Vuelta”.
En cuanto a la parte del podio, opina sobre la polémica que se generó la pasada edición cuando varias carreras decidieron eliminar la figura de las azafatas, aunque piensa que en la ronda española "nunca han sido mujeres florero": “La organización nunca ha querido la imagen de los dos besos que se puede observar en el Giro, por ejemplo. Pero también hay que tener en cuenta que en España saludamos así, tiene un componente cultural”. Sea como sea, Alma es consciente de que “hay que ir con los nuevos tiempos” (desde el año pasado también tienen un azafato) y, sobre todo, tener claro el objetivo: “Lo más importante es que toda la atención la acapare el ciclista”.
Para ella, la mayor satisfacción en su trabajo es que “todo salga correcto, que los invitados y autoridades se sientan a gusto”, así como que el ciclista también se encuentre cómodo. “Froome siempre nos decía que en España le tratábamos muy bien”, recuerda. Y hace hincapié en que la tarea de un asistente de podio está mucho más allá de la entrega de premios, que “es lo que se ve por televisión”: “Hay jornadas de 12 horas donde hacemos muchas más funciones y siempre con la responsabilidad de saber que representas la imagen de esta carrera”. Aún así, compensa: “Si te gusta mucho como a mí, engancha. Somos una especie de circo itinerante en el que todos somos una gran familia”.