El reto de Froome
La polémica le persigue pese a su absolución. Tras el doblete de Tour y Vuelta, busca el de Giro y Tour. Landa y Valverde, las bazas españolas.
"En el 20 aniversario del Caso Festina, el ciclismo vuelve a la casilla de salida del dopaje. No se ha aprendido nada de los errores del pasado. Siguen los mismos de entonces, o los nuevos se asemejan mucho, pero con distintos trucos”. Estas líneas sobre el Tour de 2018 pertenecen a Libération. Francia considera que su carrera es patrimonio histórico y nacional. Y la absolución de Chris Froome de su positivo de 2017 por salbutamol, una afrenta, pese a los intentos por solicitar respeto y guardar las formas. ASO, empresa organizadora, trató de impedir su participación cuando el proceso aún se encontraba pendiente. Resolución que llegó justo al día siguiente, a cinco del inicio en la Isla de Noirmoutier.
El británico ha tratado de aplacar los ánimos con una carta abierta en Le Monde. No obstante, ni el Sky ni él han querido ofrecer más explicaciones que las publicadas por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Unión Ciclista Internacional (UCI). Los abucheos y los pitos recibidos en la presentación oficial resultaron especialmente hostiles. Científicos y expertos del antidopaje se han posicionado a favor y en contra de los argumentos exculpatorios. La conclusión general no deja en buen lugar ni a UCI ni a AMA: los métodos contra el dopaje necesitan una profunda revisión. Dentro del pelotón, sólo Tom Dumoulin y Jeremy Roy se han mostrado críticos por la manera en que se llevó el procedimiento.
Así que Froome partirá de Noirmoutier como favorito a conquistar su quinto Tour, hito que le emparentaría con Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Indurain. También podría convertirse en el segundo de la historia con cuatro grandes consecutivas, tras Merckx (Giro y Tour de 1972, más Vuelta y Giro de 1973). Después del doblete con el Tour y la Vuelta de 2017 (el único en alcanzarlo desde que la ronda española pasó a septiembre), busca el de Giro y Tour (Pantani lo logró por última vez en 1998, como Coppi, Anquetil, Merckx, Hinault, Roche e Indurain). Dispondrá de siete corredorazos a su servicio.
Frente a semejante exhibición de números y músculo, el Movistar alineará un tridente: Landa, Nairo y Valverde. La clave residirá en la gestión de la superioridad numérica, si se aprovecha para atacar y hacer daño a los rivales… o si se vuelve en contra y explota. De cualquier modo, la primera semana supondrá un corte definitivo: los nervios habituales, la crono por equipos, el Muro de Bretaña y el temido pavés. Luego vendrán los Alpes, los Pirineos y únicamente 31 km de contrarreloj individual. La nómina de candidatos completa quizá una de las mejores inscripciones del Tour en sus 105 ediciones: Nibali, Dumoulin, Urán, Bardet, Porte, Adam Yates, Barguil, Fuglsang, Zakarin, Dan Martin, Roglic, Kruijswijk, Majka... Hay ciclistas. Hay terreno. Y hay polémica.