Nairo Quintana dio un golpe encima de la mesa este viernes en la Vuelta a Suiza. El colombiano, acusado a veces de conservador, lanzó un ataque a 26 km en el larguísima subida a Arosa, final de la séptima etapa de la Vuelta a Suiza, contra el líder Richie Porte. Se marchó y protagonizó un tremendo duelo con el australiano, que le persiguió pero nunca pudo contactar con él. Y el líder del Movistar logró llegar a la meta en solitario para firmar un triunfo espectacular y de prestigio, el primero de la temporada, pero que le confirma como uno de los candidatos más serios para el próximo Tour después de vencer a otro como Porte, que no obstante también vio recompensado su trabajo manteniendo el maillot de líder.

El Movistar obtuvo premio también a su gran estrategia de equipo. Filtró a Víctor de la Parte en la numerosa fuga del día (29 ciclistas) y el alavés fue luego clave en la última subida. Cuando el colombiano atacó a 26 km de la meta, De la Parte trabajó durante bastantes kilómetros para mantener la ventaja con Porte, que también contó con la colaboración de un compoañero de la fuga como Van Avermaet. Mikel Landa marchaba en ese grupo, a rueda de Porte, vigilando los movimientos del maillot amarillo e incluso acelerando en alguna ocasión para intentar romper el ritmo.

En los últimos kilómetros, los dos protagonistas ya sin compañeros, se batieron en duelo y Porte saltó en solitario con la esperanza de cazar al escalador de Boyacá, que administró bien la ventaja para levantar los brazos por primera vez en la temporada. Pero Porte sí consiguió mantener el liderato, llegando a 22" del líder del Movistar (contaba con 45" de ventaja en la salida), y el del BMC dio un paso de gigante para conquistar esta Vuelta a Suiza cuya última etapa, una crono de 34 kilómetros, le beneficia.