Gilberto Simoni inauguró la cima del Zoncolan en 2003. También se impuso en 2007, cuando estableció el récord de la subida con 39 minutos y tres segundos. Su descripción del puerto no deja lugar a dudas respecto a su exigencia: “Se trata de una ascensión salvaje y atroz para un hombre montado en una bicicleta. La considero la más dura del ciclismo, más que el Angliru (lo conquistó en la Vuelta de 2010) y que cualquier otra cumbre del Tour”. Ivan Basso venció en 2010. Igor Antón se convirtió en 2011 en el primer corredor nacido fuera de Italia en sumarse a su historial. Y en 2014 Michael Rogers ganó por última vez en el coloso de 10,1 kilómetros al 11,9% de media, con rampas que se disparan hasta el 22%. Para muchos, no hay existe nada a la altura. Ni el Angliru, descubierto por la Vuelta en 1999: 12,5 km al 10,1%.

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Para Simon Yates se tratará de “una prueba de fuego” en la defensa del liderato. Y lanzó una advertencia: “Sueño con entrar en solitario y vestido de rosa en el Zoncolan”. Con un discurso más prudente explicó que desea alejar más a Tom Dumoulin en la general: “No sé con cuánta distancia me sentiría tranquilo de cara a la crono, quizá dos minutos o algo más, pero fijo que con los 47 segundos actuales Tom me destrozaría”.

Sus rivales le señalan como el máximo favorito esta tarde. Dumoulin habló con naturalidad sobre las dificultades en las que le pone el británico en las montañas: “Ahora mismo nadie va más rápido que él cuesta arriba, así que intentaré seguir su ritmo”. Pinot, en un segundo plano en lo que llevamos de Giro 101, reclama su cuota de protagonismo como tercer clasificado, a 1:04: “Dispongo de una bella oportunidad para alcanzar algo grande en esta ronda”. Las casas de apuestas tampoco se olvidan de Pozzovivo, a 1:18, en las quinielas por el título. Pello Bilbao pretende continuar con los mejores (marcha octavo) y Chris Froome, a 3:20, resucitar: “¡Ojalá dé un vuelco!”.