Michal Kwiatkowski no tuvo ningún problema para sellar su primera Tirreno­-Adriático en la crono de San Benedetto del Tronto, habitual cierre de la carrera de los dos mares. El polaco (el primero de su país en alcanzar el tridente) conquistó su segunda general de 2018, tras la Volta al Algarve, al gestionar sin problemas la calzada mojada y ampliar su ventaja respecto a Damiano Caruso, segundo a 24 segundos. Mikel Landa, que ocupaba la tercera plaza provisional, realizó una mala contrarreloj y cayó hasta la sexta final, rebasado por Geraint Thomas, Tiesj Benoot y Adam Yates.

El alavés concluyó sexto, como en Andalucía (igualmente penalizado por la crono), aunque se estrenó con el maillot del Movistar en la meta en alto de Sassotetto: “Las cosas marchan bien, la forma está ahí y los siguientes objetivos pasan por el País Vasco y las Ardenas. Siempre da confianza vencer por primera vez con tu equipo. Me siento satisfecho, pese a que debo mejorar en las contrarreloj”. En su calendario, y en el de Alejandro Valverde y Nairo Quintana, aparece la Vuelta a Suiza como preparación previa al máximo objetivo del conjunto telefónico: el Tour de Francia, al que acudirán con sus tres líderes. Otra buena noticia para el Movistar, después de la prometedora explosión de Marc Soler en la París-Niza: Jaime Rosón, lugarteniente de Landa en las jornadas de montaña, acabó octavo en la clasificación. A sus 25 años, el zamorano ya fue sexto en el Algarve.

Rohan Dennis se apuntó la última etapa, en la que Jonathan Castroviejo terminó tercero, a ocho segundos. El vizcaíno ha rondado la victoria en las tres cronometradas en las que ha participado esta temporada: en Abu Dhabi le dejó sin victoria Dennis, y en la contrarreloj por escuadras que abrió la Tirreno el BMC se cruzó de nuevo en el camino del Sky.

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