"-¿Alguna vez tomó sustancias prohibidas para aumentar su rendimiento en el ciclismo? - Sí - ¿Una de esas sustancias prohibidas fue la EPO? - Sí - ¿Alguna vez se dopó la sangre o se hizo transfusiones sanguíneas para aumentar su rendimiento en el ciclismo? - Sí". Así confesaba Lance Armstrong las sospechas de dopaje que le rodearon desde que en 2012 la USADA le acusó de haberse dopado en los siete Tour de Francia que había logrado reunir en su palmarés y de los cuáles fue desposeído tras la investigación realizada por la USADA.

Esta semana se cumplen 5 años de la confesión de dopaje de Lance Armstrong en una entrevista con Oprah Winfrey, en uno de los momentos que forman parte de la historia negra del ciclismo. Durante la conversación, Armstrong desveló haber consumido, además de EPO, cortisona, testosterona y hormona del crecimiento durante los Tours que ganó, y reonoció que no habría ganado los siete Tours sin doparse. "La cultura era la que era. Podía haber cinco ciclistas que no se dopaban. Esos cinco son los héroes".

Con esta confesión, se confirmaban las sospechas de dopaje que rodearon al texano y aquellas victorias logradas en el Tour quedaban empañadas para siempre bajo la lacra del dopaje.

En la actualidad Armstrong se encuentra sancionado de por vida, aunque compite en triatlones para aficionados. Además, sigue vinculado con el ciclismo a través de su podcast, en el que suele realizar análisis de las carreras además de numerosas entrevistas a varias personalidades. Armstrong también ha sido noticia recientemente después de que un periodista francés le acusase de ser pionero en el dopaje tecnológico, utilizando un motor en su bicicleta.