Phil Gaimon acusa a Cancellara de usar motores en su bici
El ex ciclista estadounidense ha sacado un nuevo libro en el que critica con dureza al ciclista suizo y el posible uso de motor en su bicicleta en algunas carreras.Critérium Dauphiné 2018 en directo: Etapa 1, Valence - Valence
Hace más de un año que Fabian Cancellara anunció que colgaba la bicicleta como ciclista profesional pero, pese a ello, aún sigue planeando sobre su figura el hecho de que hubiera usado un motor en algunas carreras durante su trayectoria. La polémica ha vuelto a la palestra después del relato que cuenta el ex ciclista estadounidense Phil Gaimon en su autobiografía 'Draft Animals: Living the Pro Cycling Dream (once in a while)'.
En el libro, el que fuera ciclista del Garmin-Sharp o Cannondale, revela cómo descubrió el posible uso de motores por parte del suizo. "Descarté que eso fuera cierto hasta que escuché a sus antiguos compañeros hablar de algunos hechos como que Cancellara tenía su propio mecánico o que su bici la guardaban separada del resto. Cuando veías los vídeos, sus aceleraciones no parecían del todo naturales, como si tuviera problemas para mantenerse en la parte alta de los pedales. Ese cabrón posiblemente tenía un motor".
Gaimon habló con el medio ciclista británico Cyclist tras el revuelo que han causado sus declaraciones en el libro. "He oído hablar del dopaje tecnológico y no voy a dar nombres pero en el ciclismo profesional, todo el mundo es como sí, Fabian Cancellara posiblemente usase un motor durante un tiempo. Me frustra que parece que la gente olvidase eso en la última parte de su carrera". Además, Gaimon relató sus sospechas tras verle ganar en la Milán-San Remo de 2008: "Tenía problemas para seguir sobre los pedales, iba demasiado rápido y algunos de los ciclistas que le perseguían eran como los chicos más guarros que conocemos ahora y era como ¡cuidado!".
Cancellara, que ya recibió un dardo de Lance Armstrong tras ganar el oro en contrarreloj en los Juegos Olímpicos de Río, ha vivido en los últimos años bajo esa sombra del uso de motores en algunas carreras como el Tour de Flandes o la París-Roubaix de 2010, cuando se vieron en algunos vídeos varias aceleraciones extrañas en estas pruebas.