Barguil-Matthews, la habitación con más éxito de todo el Tour
Cada uno suma dos etapas para el Sunweb. El francés se llevará al maillot de la montaña de este Tour y el australiano, el verde de los puntos.
Warren Barguil se convirtió en el primer ciclista en tomar el Izoard como meta: “No tengo palabras para describir la impresionante sensación de entrar en la historia de mi deporte y de la carrera de mi país, el Tour de Francia”. El bretón, de 25 años, se aseguró para París el maillot de la montaña. Michael Matthews, su compañero en el Sunweb, también tiene atado el verde de puntos. Ambos comparten habitación: “Somos el dúo con más éxito de la ronda”. Cada uno suma dos triunfos parciales y se llevará a su casa una clasificación secundaria: “En este equipo nos cuidamos. Michael y yo nos ayudamos con nuestras respectivos objetivos”. Aparte, matan el tiempo con series o partidas al FIFA.
El magnífico Tour del Sunweb llega después de que Tom Dumoulin ganara el Giro de Italia: “En este momento, la escuadra cuenta con talento joven para vencer en clásicas, etapas y pruebas de tres semanas”. Barguil rompió en Foix una sequía que duraba desde la Vuelta de 2013, en la que alcanzó otras dos victorias. En 2012 confirmó su potencial con la conquista del Tour del Porvenir: “Quizá comencé a brillar demasiado pronto. Llevé mal la presión de no vencer”.
Barguil parecía estancado. Aunque en enero de 2016 sufrió un atropello en Benigembla, en la concentración invernal del entonces Giant: “Podría estar en ataúd”. Sin embargo, sólo sufrió la fractura del escafoides y permaneció seis semanas de baja: “Me costó volver a entrenarme con normalidad después que ese susto”. Este 2017, el viento generado por el helicóptero del Tour de Romandía le desequilibró y le tiró, lo que le costó una fractura de pelvis: “Y no sabía si regresaría al nivel de competición que creo que puedo dar tras dos percances tan graves”.
El francés achaca a su stage de preparación las buenas prestaciones: “Me concentré en altura en Sierra Nevada y me exprimí para ofrecer lo mejor de mí”. España le trae “bellos recuerdos”, ya que en Casteldefels se anotó su primer triunfo en una grande. Aquel día, como en la cima del Izoard, se lo dedicó a su abuelo fallecido: “Él me inculpó la pasión por la bicicleta. Si ahora estoy aquí, se lo debo a su insistencia”.
Diplomado en Gestión y Administración de Pequeñas Empresas, a Barguil le encantaría emular las andanzas del ídolo bretón por excelencia, Bernad Hinault: “Pero no tengo tanto nivel”. Probablemente, tanto Barguil como Matthews acudan a la Vuelta. Uno, para respaldar a Tom Dumoulin o Wilco Kelderman y cazar etapas. Otro, para meterse en las volatas y rodarse para el Mundial de Bergen.