La etapa del día: el Izoard decide en la última de alta montaña

Mikel Landa acabó sexto en Serre Chevalier, de nuevo con los mejores tras trabajar para Chris Froome, líder del Tour y del Sky. Quinto, a 1:24 del amarillo, el alavés se plantea el asalto a un puesto en el podio de los Campos Elíseos. Urán y Bardet le sacan 57 segundos y Aru, 31: “En el Izoard daremos un golpe de autoridad. Chris está muy fuerte. Me gustaría verle a él en lo más alto del cajón y a mí, a su lado”. El Izoard, la última llegada en alto del trazado de 2017, consta de 14,1 kilómetros al 7,3% de desnivel. Antes se afrontará Vars, 9,3 km al 7,5%: “Se trata de un día ideal para nuestros intereses. Ojalá saquemos los dos objetivos: el título y el podio”.

La carrera se jugará en una ascensión a 2.360 metros de altura. Con la misma claridad con la que habla de sus intenciones y las de Froome, Landa declaró que no se encontró muy bien en el Galibier: “Fue una jornada durísima y no disfruté de unas sensaciones óptimas. Se imprimió un ritmo fortísimo y no tuve las piernas de otras veces, pero aguanté”. Pese a su optimismo, Landa no se olvida de los rivales: “Imagino que Urán y Bardet nos presentarán pelea, así que vigilaremos sus movimientos”.

Por su parte, Chris Froome se expresó también con confianza: “Me noto listo y preparado para defender el liderato en el Izoard. En el Galibier no sufrí para perseguir los ataques de Bardet o de Martin, y un adversario peligroso como Aru cedió un tiempo que ninguno esperábamos. Por tanto, me siento muy satisfecho por el trabajo de mis compañeros, por la renta que dispongo y por mis propias fuerzas”. El británico considera que el margen actual resultará suficiente para la crono de 22,5 km: “Aunque me encantaría ampliar mi ventaja, en la contrarreloj cuento con otra bala. Ojalá Landa y yo terminemos en el cajón”. La idea está clara.

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