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TOUR DE FRANCIA

Las cronoescaladas del Tour: Gaul, Bahamontes, Perico...

Este tipo de etapa, muy habitual en el Giro de Italia, se ha celebrado en cerca de una veintena de ocasiones en el Tour, con triunfos de grandes figuras. Tour de Francia Etapa 9 en directo

Federico Martín Bahamontes durante la cronoescalada al Puy de Dôme.

Tour de Francia 2016 en directo etapa 18

Al contrario que en el Giro de Italia, donde las cronoescaladas suelen ser habituales, en el Tour de Francia apenas se ha optado por este tipo de etapas en apenas una veintena de recorridos. La etapa de este jueves, entre Sallanches y Megève no es una cronoescalada con subida a un puerto mítico, pero 10 de sus 17 kilómetros pican de forma continuada hacia arriba. A continuación repasamos la historia de las numerosas cronoescaladas que se han celebrado en la historia del Tour.

En 1949 y en 1950, el Tour incluyó por primera vez grandes puertos en sus recorridos. En 1949 Fausto Coppi coronó primero el Col de Bonhomme, en los Vosgos, en una contrarreloj de 137 kilómetros entre Colmar y Nancy. El italiano acabaría ganando el Tour en esa edición. Algo parecido ocurriría al año siguiente, cuando Ferdi Kubler coronaría como más rápido el col de Chaubouret en una crono de 98 km entre Saint-Etienne y Lyon. El suizo acabaría ganando el Tour.

La primera cronoescalada al uso se realizaría en 1958, cuando Charly Gaul fue el más rápido en completar los 22 kilómetros de la subida al Mont Ventoux. El luxemburgués se acabaría llevando aquel Tour de Francia. Un guión muy parecido tuvo el Tour de 1959 cuando Federico Martín Bahamontes fue el más rápido en realizar la crono de 13 kilómetros en el Puy de Dôme. "El Águila de Toledo" ganaría el Tour en aquella edición. El propio Bahamontes se impondría en la siguiente cronoescalada, celebrada en el Tour de 1962 con un recorrido de 18,5 con final en Superbagneres. En aquella ocasión, Jacques Anquetil se vestiría de amarillo en París. 

La cronoescalada no regresaría al Tour hasta 1977, cuando el belga Lucien Van Impe se impondría en Avoriaz en un recorrido de 14 kilómetros en un Tour que se acabaría llevando Bernard Thevenet. Un año después, en 1978, Joop Zoetemelk se impondría en una crono larga de 52,5 kilómetros con final en el Puy de Dôme, aunque el triunfo final no sería para el holandés, sino para el francés Bernard Hinault. El propio Hinault vencería en las cronoescaladas de Superbagneres y Avoriaz en 1979 para lograr su segundo Tour de Francia.

Ángel Arroyo se impondría en otra cronoescalada de 15,6 kilómetros con final en el Puy de Dôme en un Tour que se llevaría Laurent Fignon. Al año siguiente, el propio Fignon ganaría la cronoescalada de 22 kilómetros en La Ruchere para ganar el Tour. En 1987 se volvió a subir el Mont Ventoux de manera cronometrada en un recorrido de 36,5 kilómetros en una etapa en la que se impuso Jean François Bernard en un Tour que ganaría Stephen Roche. 

En 1988, Perico Delgado se llevaría el triunfo en una cronoescalada de 38 kilómetros con final en Villard de Lans. El segoviano lograría ese año su primer y único Tour. Al año siguiente, Steven Rooks se impondría en la cronoescalada de Orcieres, de 39 kilómetros, en un Tour que se llevaría el estadounidense Greg LeMond. El letón Piotr Ugrumov vencería en la cronoescalada del Tour de 1994 con final en Avoriaz. En aquella edición, Miguel Indurain lograría su cuarto Tour de Francia. La última vez que se celebró una cronoescalada en el Tour fue en el año 2004, cuando se subió de forma cronometrada el Alpe d´Huez. Lance Armstrong se impondría en esa etapa y también se llevaría el Tour de Francia, pero fue desposeído de ambos logros tras conocerse su positivo por dopaje.