Valverde araña 4 segundos y llega fortalecido a la montaña
Zakarin y él rascaron tiempo al resto de favoritos en Benevento, en la víspera de la primera llegada en alto: Roccaraso. Landa deberá reivindicarse
En vísperas de la primera meta en alto del Giro de 2016, André Greipel se impuso en la Piazza Castello de Benevento. Un final con trampa, que picaba para arriba (al 3,4%)… y con rugosos adoquines. Muy atentos, Alejandro Valverde e Ilnur Zakarin sacaron cuatro segundos al resto de los favoritos al entrar en el mismo tiempo que el vencedor. El grupo se cortó por una caída de Rein Taaramae en una curva y por las diferencias que marcó la pendiente, cortita, pero disputada a todo tren. “Lo que suponga conseguir ventajas, pese a que parezcan pequeñas, bienvenido sea. Hay que sumar día a día”, se congratuló el murciano. De momento, ha completado cinco jornadas impecables: bien respaldado por sus escuderos del Movistar y siempre concentrado en la parte delantera del pelotón, sin despistes.
Este jueves le tocará afrontar Roccaraso, una cima de segunda de 18,8 km al 4,8%, con porcentajes que alcanzan el 12%. Se trata de una subida larga y tendida, una prueba decisiva para Mikel Landa, que flaqueó en la Vía del Fortino. Vincenzo Nibali ya ha avisado de que le apretará: “Si llego a ver que se quedaba atrás, habría tirado mucho más fuerte con mis chicos del Astana”. El alavés le quita hierro al asunto: “Me faltó algo de ritmo y me golpeó el calor. En esta ascensión espero pelear con los candidatos sin problemas”. Valverde conserva su discurso optimista: “Si se presenta la opción, intentaré aprovecharla. Me encanta el apoyo de los tifosi, casi me arrepiento de haber aplazado mi debut aquí hasta 2016. Me gustaría inaugurar mi casillero cuanto antes”.
Mientras, Tom Dumoulin juega al despiste: “Ojalá mantenga la maglia rosa lo máximo posible. No obstante, mi punto de mira se encuentra fijado en la crono del domingo”. Como una hormiguita, el neerlandés ha cimentado una buena renta con 50 km de contrarreloj todavía por delante. Aunque se descarta para la general, como en la Vuelta, los medios de comunicación de su país se han desplazado a Italia y confían en que dé la campanada: “El trazado me favorece, es cierto, pero no peco de falsa humildad: creo que no resistiré, sinceramente”.