AS es testigo de la búsqueda de motores en las bicis del Giro
En dos días, se han analizado las bicicletas de contrarreloj de los 198 participantes y las máquinas suplentes: “Queremos ampliar la horquilla y estrechar el cerco”.
Tras la revisión de las bicis de contrarreloj de los 198 corredores del Giro en un box privado del velódromo de Apeldoorn (574, con las reservas), los técnicos de la UCI realizaron en Arnhem la primera inspección pública en busca de motores ocultos. AS asistió a la demostración que la UCI ofreció el martes en Aigle (Suiza), y antes de la segunda etapa comprobó en directo cómo efectúa los controles: primero, en las bicicletas titulares; después, en las suplentes. No se apreciaron fluctuaciones al acercar las tablets a los cuadros. La federación internacional estudia ahora cómo señalar las máquinas que pasan por sus manos.
Incluso Mark Barfield en persona, el mánager del proyecto que ha desarrollado la técnica de la resistencia magnética, pasó su iPad por los marcos de varios equipos: Cannondale, Wilier, Trek y Katusha. Investigaron a 17 formaciones, 401 bicis en total. Barfield habló con AS: “Intentaremos hacer test en cada jornada, ampliar al máximo la horquilla y estrechar el cerco a los tramposos. Trabajamos duro”. El británico no desveló si habían encontrado algo raro: “Eso nos lo guardamos para nosotros y lo comunicaremos cuando corresponda. De momento, tenemos a Femke van den Driessche (belga Sub-23), a la que pillamos la primera vez que pusimos en marcha nuestros nuevos dispositivos (en el Mundial de ciclocross de Zolder, en enero)”.
Pese a que la UCI no quiso revelar las cifras, el coste para perfeccionar y aplicar el método de detección del flujo magnético ronda el millón de euros. Hasta la fecha se han llevado a cabo unos 3.500 análisis, y el organismo desea elevar la cantidad a más de 10.000 al final de 2016. Aparte, Barfield confirmó que pueden utilizar “la fórmula de las imágenes térmicas durante las competiciones de manera aleatoria”, para complementar los controles magnéticos. Por ahora, se han explorado 975 (574 más 401) bicicletas en dos días de Giro. La UCI saca músculo: “Tratamos de tapar cualquier resquicio a los que se arriesgan a tomar atajos. La amenaza es una realidad”. Mientras, en el pelotón se muestran escépticos: “Si se usan los motores o las ruedas electromagnéticas, nadie los dejaría a la vista en las salidas y en las metas”.