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ENTREVISTA A LA REVELACIÓN DEL AÑO

Landa: "Me siento decepcionado por no haber ido al Mundial"

El alavés ha redondeado su mejor campaña a sus 25 años, con el podio en el Giro y victorias de etapa en la ronda rosa y en la Vuelta.

Mikel Landa.
PAULINO ORIBEDIARIO AS

—¿Le ha dado pena no acudir a los Mundiales?

—Pues sí, un poco decepcionado sí que estoy. Después de lo que he hecho este año creo que podría haber entrado al menos en la preselección de trece.

—¿Charló con Javier Minguez al respecto?

—Vino a la habitación para hablar con Luis León, con el que sí contaba. A mí me dijo que, pensando en los Juegos Olímpicos de Río en 2.016, su idea será llevar a gente que dispute el Tour. Nada más. Él tiene a sus corredores y no tengo nada que decir, pero algo de decepción sí que he sentido, la verdad.

—¿Qué va a disputar entonces hasta final de temporada?

—Correré la Milán-Torino, el Giro de Piamonte y Lombardía.

—¿Su balance de la Vuelta?

—Muy bueno. Vencí en la etapa reina de Andorra y ayudé a Fabio Aru a ganar en Madrid.

—¿Qué dice de la leyenda negra que afirma que se lleva mal con Aru y otros compañeros?

—Que no es cierta. Me llevo bien con todos los corredores.

—Pero el día de Andorra, según usted, se tomó “el día libre” y le pudo perjudicar…

—Sí. En esa etapa fui un poco desobediente pero quería ganar y si llego a esperar a Fabio Aru no lo habría conseguido.

—¿Quiere decir que su compañero le habría rebasado en línea de meta para bonificar?

—No. De haber llegado juntos, seguro que me habría dejado ganar, pero antes habría tenido que tirar a muerte para él y lo normal es que Aru llegara solo.

—¿Tuvo problemas por aquel comportamiento?

—Para nada. El director admitió que lo había hecho bien y los compañeros me felicitaron.

—¿Qué pensaron en Astana cuando descalificaron a Vincenzo Nibali por agarrarse al coche?

—Al principio lo tomamos con ironía. “Le han pillado”, dijimos. Pero luego nos pusimos serios. Pensábamos que con una multa y la pérdida de tiempo sería suficiente.

—Comenzó la Vuelta con problemas. La primera semana no fue buena y perdió opciones en la general. ¿Por qué?

—Por el calor y porque llegaba un poco corto de forma. Después del Giro apenas competí y no tenía piernas. Ya dije que iría de menos a más y así fue.

—Menos mal que la Vuelta no dura cuatro semanas, porque la habría liado de verdad.

—(Se ríe). Es cierto que acabé con muy buenas sensaciones.

—En Asturias y, sobre todo, en la Sierra de Madrid, se le vio con una forma suprema.

—El equipo acabó muy bien. Aru ganó porque fue muy regular y porque en el día clave de Cercedilla trabajamos todos.

—¿Envidiaba a Aru por llevar los galones de líder?

—Bueno, en Astana ya sabían que yo no iba a seguir y es normal que apostaran por él.

—¿Ha echado en falta que los kazajos le llevaran a alguna carrera como jefe de filas?

—Hombre, un poco sí. Me habría gustado ser líder, no voy a decir lo contrario.

¿Por eso se marcha ahora dos años al Sky?

—Está claro que es algo que ha influido bastante. Ahora sé que voy a correr algunas carreras con compañeros a mi disposición. Es una sensación que me gustaría experimentar.

—¿Correrá el Giro como líder?

—En principio, sí.

—¿Guardará un buen recuerdo del paso por Astana?

—Sí. Han sido dos grandes años. Me dieron la oportunidad tras lo ocurrido con Euskaltel.