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VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 18

Dumoulin fue una lapa con Aru y Nicolas Roche vence en Riaza

El italiano lo intentó repetidas veces en la subida a La Quesera, pero el maillot rojo resistió e incluso contraatacó. Por delante, el hijo de Stephen Roche batió a Zubeldia.

Tom Dumoulin se pega como una lapa a Fabio Aru en La Quesera.
JESÚS RUBIO

La historia de la 18ª etapa de la Vuelta fue la historia de un maillot rojo pegado en la retaguardia de un maillot blanco. El líder, Tom Dumoulin, se soldó obsesivamente en la rueda trasera de Fabio Aru y respondió a todas sus arrancadas, que fueron varias, en el puerto de La Quesera, que se coronaba a 13 kilómetros de la meta de Riaza. Ya en la bajada, el neerlandés llegó incluso a contraatacar. Por delante de los gallos, Nicolas Roche batió a su compañero de fuga, Haimar Zubeldia, y logró su segunda victoria en la ronda española. El final fue bello y trepidante, pero no resolvió nada en la lucha por la clasificación general. Aru sigue a tres segundos de la gloria. Y Dumoulin, a tres etapas. 

El primer movimiento interesante lo protagonizó el Katusha, que envió a Ángel Vicioso por delante a 36 kilómetros de la meta. En ese momento, el Astana ya había tomado la cabeza del pelotón. Sólo dos kilómetros después, Purito Rodríguez arrancó en uno de los múltiples repechos de la Sierra de Ayllón para enlazar con el aragonés. Buenas intenciones que no llegaron a ningún sitio. La marea azul se echó rápidamente encima del catalán. A tres segundos de Dumoulin, Aru no quería invitados secundarios en el mano a mano por el maillot rojo.

No tardó el ‘tiburoncito’ en enseñar sus colmillos. La primera arrancada de Aru, a 20 kilómetros, llegó a dejarle solo con Dumoulin. El líder estaba soldado a la rueda del italiano. Purito se descolgó y con él el resto de favoritos, pero se reagruparon rápido. Esa fue la tónica durante toda la subida a La Quesera. Ataque de Aru y Dumoulin pegado. Hasta cuatro veces la misma canción. Alejandro Valverde también se mostró especialmente activo, igual que Mikel Nieve. En un momento dado se vio tirar al Movistar contra el navarro: una vez más la clasificación por equipos en el horizonte. Un premio muy menor para un equipo tan grande.

En la bajada, más de lo mismo. Nairo Quintana se dejó ver. También Dani Moreno. El inconformista Fabio Aru volvió a arrancar, pero esta vez se encontró con una sorpresa. El líder no sólo salió indemne de su nueva dentellada, sino que además lanzó un contraataque. Con la carrera revolucionada, el holandés abrió un pequeño hueco, pero frenó su ímpetu. No hubo golpe en la general, pero sí un golpe a la moral de los aspirantes.

Además de la lucha por la Vuelta, hubo otro frente abierto por el triunfo de etapa. La escapada tardó en fraguar. Adam Hansen, que encadena su decimotercera gran ronda consecutiva, cogió la batuta en solitario en el kilómetro 52 y poco después, en torno al 55, ya se le habían unido otros 24 ciclistas para orquestar la fuga del día. Ni el Giant de Dumoulin ni el Astana de Aru metieron gente en la aventura. No les interesaba esa música. Prefirieron reservar sus efectivos para arropar a sus líderes en la actuación final.

Roche, que ya había ganado la etapa de Baiona en Monte da Groba en 2013, se impuso al sprint a Haimar Zubeldia, el rejuvenecido ciclista del Trek que, a sus 38 años, volvió a luchar por segunda vez en esta Vuelta por el triunfo de etapa. El vasco no ha sido nunca un ciclista rematador, de hecho sólo tiene cuatro triunfos en 18 temporadas de profesional, pero ninguno de ellos en línea: dos cronos y dos generales en la Euskal Bizikleta y el Tour de l’Ain. Sus mejores prestaciones las ha dado siempre a golpe de regularidad, con cinco top-ten en el Tour de Francia y uno en la Vuelta.


Resumen - Etapa 18 (Roa / Riaza) - La Vuelta a... por la_vuelta

La etapa había partido de Roa con cinco abandonos. Uno de ellos, Cameron Meyer, se había partido una clavícula el día anterior en la contrarreloj de Burgos. El resto eran Jurgen Van den Broeck, Niki Terpstra, Andrew Talansky y Peter Velits. El Mundial de Richmond asoma ya en la retina de alguno. Así, con 162 ciclistas, el pelotón salió raudo y veloz, con más frescura que hace tres días en la soporífera jornada de la Ermita de Alba. El martes de reposo y el miércoles de crono habían ayudado a recuperar las piernas. El aficionado lo agradeció.