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VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 11

Landa: "La libertad para ganar esta etapa me la tomé yo"

El de Astana venció en Cortals d'Encamp la etapa reina de esta Vuelta. Resistió en cabeza desde la fuga. "Me dijeron que parara, pero era estúpido".

Mikel Landa, en el podio.
JAIME REINA

—Primera victoria en la Vuelta, en la etapa reina de Andorra. ¿Qué supone?
—Siento muchísima alegría, los tres kilómetros finales fueron los más duros de mi vida. A falta de cinco veía que atrás les costaba bajar la diferencia y que podía llegar. Tenía el día marcado, estuve atento por si había una fuga numerosa, a pie de puerto me encontré fuerte y ahí supe regularme.

—¿Le dio Astana libertad de movimientos?
—La libertad me la tomé yo. Hace tres días perdí todas las opciones en la general y necesitaba algo de este estilo. Me pillé el día libre y conseguí rematar. Me comunicaron que me detuviera, pero habría sido estúpido. (Desde el coche, Giuseppe Martinelli ordenó a Landa que parara y ayudara a Aru. El vasco se sacó el pinganillo y no se lo puso de nuevo hasta que faltaban 100 metros, cuando comenzó a celebrar su triunfo. Después de que en el Giro le frenaran en favor de Aru, y con su fichaje por Sky confirmado, Landa actuó por su cuenta).

—¿Cómo se plantea ahora la estrategia en la escuadra con Aru en el liderato?
—Ojalá termine vestido de rojo en Madrid. Fabio asestó un golpe a la clasificación muy serio. Esperemos que vaya a más, que conserve las diferencias y conquiste la ronda. Con las bajas de Nibali y Tiralongo, echaré una mano en la montaña.

—Defina su relación con Aru.
—Es buena. Me porté bien con el equipo en el Giro, y el equipo me lo agradeció. No creé ningún problema y nuestra relación es buena. (Quizá se deteriore al desobedecer en esta ocasión).

—¿Cuándo se percató de que no andaba fino en esta Vuelta a España?
—Aunque el día de Murcia sufrí muchas dificultades, conseguí estar entre los 40 que coronaron la Cresta del Gallo. En la Cumbre del Sol me descolgué casi en el inicio del puerto. Luego se me juntó todo, lo físico y lo mental. Levanté el pie y ya me puse a pensar en las metas en alto por delante.

—Subió como tercero al podio del Giro. ¿Qué pasó por su cabeza al comprobar que no seguía el ritmo de los mejores en la Vuelta?
—No te hundes, pero te da pena. Descartas un objetivo que te gustaba. Y aunque empecé con dudas, creía que podía optar a un buen puesto en la general. Resultó una decepción, pero me quité un peso de encima y disfruté de la bici camino de Cortals. En las jornadas anteriores no lo hice.

—¿Qué falló en su preparación?
—Me faltó competición. Al Giro llegué fresco tras pelearme en invierno con un virus. No obstante, corrí bastante. En cambio, antes de la Vuelta sólo fui a la Vuelta a Burgos. Allí no me encontré bien. Tuve malas sensaciones y me preocupé. Ese estrés te merma. No sé. Quizá no desconecté del todo después del Giro de Italia.

—Con dos victorias y el podio del Giro, ¿de dónde salía el estrés?
—De que deseas más. Al darle vueltas en casa creí que pude lograr la victoria en el Giro. Y quería disputar así, a tope, la Vuelta. Pero no he podido.