"Acabé 'cascao' las tres veces que hice la etapa de Andorra"

Seis puertos de montaña en sólo 138 kilómetros de extensión, 54,6 de ascenso y 5.230 metros de desnivel acumulado. Muchos ciclistas han definido ya a la 11ª jornada de esta Vuelta como “la más dura” que han visto o recuerdan en una gran ronda. Purito Rodríguez la planificó para Andorra, donde transcurrirá íntegramente y donde reside. “No hay ningún conflicto de interés, nervios, ventajas o más presión por conocer el terreno”, explicó el segundo de la general, a 57 segundos de Tom Dumoulin. “Las fuerzas decidirán una etapa que puede pasar a la historia de nuestro deporte”, remató.

El catalán confirmó que el Principado y la organización le pidieron que la diseñara: “En cuanto se supo que Andorra acogería un día de montaña, había que localizar un final apropiado. En la presentación del asfalto de La Gallina me solicitaron que buscara la mejor fórmula para no salir del país. Si Andorra quería una etapa íntegra, que se recordara, por narices iba a ser muy dura y corta”. El pelotón subirá Beixalis, 6,5 km al 8,7%; Ordino, 9,9 km al 7%; La Rabassa, 13,8 km al 6,6%; La Gallina, 11,7 km al 8,5%; La Comella, 4 km al 9,5%; y el inédito Cortals d’Encamp, 8,7 km al 9,1%. “Una barbaridad, quizá comparable únicamente a la que se anotó Nieve en el Giro de 2011, en Gardeccia”, señaló Purito.

Evidentemente, “tanta exigencia quitará las caretas de la gente”: “En Lleida hablaremos de una clasificación totalmente distinta. Si añadimos mal clima, el tema se complicará sobremanera”. El jefe del Katusha ha completado tres veces la jornada. “Terminé muy cascado en las tres. Por eso necesitaba el helicóptero, para descansar más antes”, dijo entre risas. Según él, el ganador saldrá de un abanico de quilates: “Andará entre Froome, Nairo, Valverde, Aru, Landa o yo. No se producirán sorpresas”. Y concluyó con un titular: “A los globeros les encanta. Espero que se disfrute. Si no nos gusta a nosotros, que nos pagan por montar en bici, apaga y vámonos”.