CICLISMO | RECORRIDO 2015
El Giro 2015 pierde dureza, pero seduce a Contador: "Me gusta"
La 98ª edición tendrá cinco etapas de gran montaña (Campitello Matese, Madonna di Campligio, Mortirolo, Cervinia y Sestriere) y una larga contrarreloj de 59,2 kilómetros.
San Remo-Milán. No es el nombre de una gran clásica, sino la salida y el final del Giro de Italia 2015, que en su 98ª edición cubrirá un total de 3.482 kilómetros del 9 al 31 de mayo. “El Giro está ideado como una ‘Classicissima’ de tres semanas”, dicen los organizadores. Habrá cinco etapas de gran montaña, con el regreso del Mortirolo y de la cima ‘maldita’ de Madonna di Campligio, y una contrarreloj larga de 59 kilómetros. “Un recorrido que me gusta, porque se adapta a mis características, a mi estilo de ataque”, dice Alberto Contador, presente en la ceremonia, que ya ha confirmado su participación en la ronda rosa, que definió como "la carrera más bonita del mundo".
El Giro partirá de la Riviera de las Flores con una contrarreloj por equipos de 17,6 kilómetros que desembarcará en San Remo. La primera llegada en alto llegará en la quinta etapa, La Spezia-Abetone, aunque los organizadores la consideran como una de las siete jornadas de media montaña.
La verdadera gran montaña comienza en la octava etapa, Fiuggi-Campitello Matese, una cima donde Eugeni Berzin comenzó a construir su victoria sobre Miguel Indurain en 1994. Pero habrá que esperar una semana más para la siguiente meta en alto: Madonna di Campiglio (15ª), donde venció Marco Pantani en 1999 antes de ser expulsado por hematocrito alto a la mañana siguiente. La cita llega justo el día después de la única contrarreloj individual (14ª etapa, Treviso-Valdobbiadene), que Contador definió como "ideal para Chris Froome". No le gustó la crono al madrileño.
Una jornada de descanso enfilará a los participantes a la última semana de carrera, que concentra una vez más la mayor dureza: el martes 26, Pinzolo-Aprica, con el Mortirolo; el viernes 29, Gravellona Toce-Cervinia; y el sábado 30, Saint Vicent-Sestriere. “Es un Giro de Italia que busca el equilibrio”, apuntan los organizadores. La dureza es teóricamente menor que en 2014. Aunque, como apunta Contador, “esta carrera tiene un factor que no hay ni en el Tour ni en la Vuelta, que es el mal tiempo”.