Chris Froome le pegó un buen bocado de 20 segundos a Alberto Contador. La ventaja se forma al sumar los doce segundos que logró en la meta, los seis de bonificación del segundo puesto y los dos del sprint intermedio de San Xoan de Poio. Y del 1:19 de renta que le saca Contador, 53 segundos corresponden a la crono de Borja y ocho a la contrarreloj por equipos. Es decir, en el global sin cronómetro le lleva 18 segundos. Ambos aterrizaron en la Vuelta tras abandonar el Tour, y poco a poco han cogido el ritmo de competición hasta convertirse en los más fuertes.

El británico, amable como siempre con los medios de comunicación, declaró su satisfacción por su rendimiento: “Ya os dije que estoy aquí para luchar por la general, y eso lo que intento hacer cada día, salga bien o salga mal. Dada la clase de subida de la que se trataba, me siento muy contento por la diferencia”. Después de dos semanas complicadas, en las que se respiraba un clima de rendición, en el Sky se ha instaurado el optimismo: “Quedan dos oportunidades, Ancares y la contrarreloj de Santiago, vamos a por el maillot rojo”.

Al llegar al hotel San Marcos de Cambados, donde se alojaron anoche, Froome y Oleg Tinkov, dueño del Tinkoff de Contador, se encontraron en la recepción. A su cruce de buenas palabras añadieron otro en Twitter. El multimillonario se hizo un selfie con el rival de su ciclista, con el siguiente mensaje: “Coincidimos con el Sky, ojalá no nos envenenen”. Respuesta de Froome: “Me acabo de topar con un ruso loco que olía a vodka y me ha pedido una foto”. Y cierre de Tinkov: “Por esas declaraciones no habrá contrato de siete millones de euros para ti”.