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Tour de Francia

Nibali: siciliano hogareño al que no le gusta el color amarillo

Se convierte en el sexto que conquista la ‘Triple Corona’. Vistió todos los días los mismos maillots de Sheffield y del pavés. Es familiar y tranquilo, se transforma sobre la bici.

París
EXULTANTE. Nibali levanta sus trofeos en los Campos Elíseos.
Getty

"Queremos grandes resultados, sin ninguna excusa”. Es un extracto del email que envió a sus corredores el mánager del Astana, Alexander Vinokourov, entre Lieja y Romandía. Sobre todo, iba dirigido a Vincenzo Nibali, que cobra una ficha anual de cuatro millones de euros. Desde que se apuntó el Giro en mayo de 2013, el Tiburón no volvió a morder hasta el campeonato italiano, el 28 de junio, un año después.

“Ya no se quejará Vinokourov… ¿eh?”, soltó cuando venció en Sheffield, meta en la que lució su primer amarillo. En la ciudad inglesa cerró un círculo al conseguir triunfos y jerséis de líder en las tres grandes rondas. Durante la carrera sólo empleó dos maillots, ese de Sheffield y el de los adoquines. Como es supersticioso, reutilizó las prendas de la fortuna. Tampoco llevó hasta ayer culotte a juego porque no le gusta el color amarillo y no deseaba parecer arrogante. En lo alto del podio de París selló el capítulo más brillante de su trayectoria: se trata del sexto ciclista de siempre, con Anquetil, Merckx, Hinault, Gimondi y Contador, que gana Tour, Giro y Vuelta.

Nibali se marchó de su Sicilia natal a la Toscana para hacerse corredor. Ha vivido 15 años en el sur y otros 15 en el norte, una diferencia muy marcada en Italia, aunque él presume de origen. Ahora reside en Lugano. Le encantan los arancinos, la comida típica de la isla. Su vocabulario también denota su procedencia. Incluso ha introducido expresiones en el argot, como “gambe impinocchiate”: “Son piernas de madera, como Pinocho”. Mediano de tres hermanos, recibe el apodo de Pollo. A Antonio, el menor (amateur en el Marchiol), le llama Ballena. La mayor, Carmen, es madre de Paolo y Manuel, a los que no les tira el trabajo de sus tíos.

Emma Vittoria­, la primera hija de Nibali, llegó al mundo el 28 de febrero. A su mujer, Rachele, la conoció gracias a la esposa de su compañero Valerio Agnoli, el padrino de su boda. Familiar y tranquilo, su carácter se transforma de forma drástica sobre una bici: “Cojo la mejor parte de mi personalidad fuera de la carretera, la serenidad, y la combino con mi estilo agresivo”. Una fórmula que funciona.