Cavendish sufre una separación acromio-clavicular y es duda

Mucho más aclamado en la salida de Leeds que el vigente campeón del Tour, Chris Froome, Mark Cavendish disputó motivadísimo la primera etapa de este Tour. Incluso, sobreexcitado. Los habitantes de Harrogate, la localidad natal de su madre y su familia materna, esperaban que la victoria quedara en casa. Pero no sólo no se produjo, sino que el británico provocó una montonera a escasos metros de la meta.

Cavs, con la presión añadida de no haber vestido nunca el maillot amarillo, golpeó a Gerrans al verse sobrepasado. El campeón australiano, en la defensa de su posición, se cayó. Sin embargo, no cargó contra su rival por la maniobra, prácticamente ilegal: “Cuando llegue al hotel repasaré vídeos y repeticiones. Son cosas que ocurren a veces, no deseo acusarle de nada”. Los comisarios no consideraron que la acción mereciera sanción.

Notoriamente dolorido y enfadado, Cavendish repetía “¡Fuck!” de camino al autobús de su equipo, sin poder apoyar el brazo derecho en el manillar. Su pareja, Peta Todd, oculta tras unas gafas de sol, le seguía con su hija en brazos. El velocista del Omega se trasladó a un hospital, donde se le realizaron radiografías y ecografías. El parte médico oficial señaló que sufre una “separación acromio-clavicular y rotura de ligamentos”. En la misma nota, Cavendish lamentó lo sucedido: “Pido perdón a Gerrans, y lo haré en persona, fue mi culpa”. Depende de su evolución, decidirá hoy si continúa.