El rival a batir es Chris Froome

Arranca el Tour. Trataré de presentarlo como esos viejos carteles de cine que nos situaban ante el mayor espectáculo del mundo. Para empezar, la carrera enfrentará a Froome (ganador en 2013) con Contador, doble campeón (2007 y 2009). La pelea comenzará en Leeds, condado de York, norte de Inglaterra. Durante tres semanas, los ciclistas recorrerán por las carreteras de Reino Unido, Francia, Bélgica y España la misma distancia que separa Madrid de Moscú (3.664 km).

El trayecto no sólo contará con las sorpresas que oculta cualquier aventura. La segunda etapa, camino de Sheffield, es un rompepiernas que promete. En la quinta, ya en el Continente, espera el temidísimo pavés. En la octava se iniciará la montaña, casi sin descansos hasta el final: primero Vosgos, luego Alpes, por fin Pirineos. Y el penúltimo día, por si quedó hambre, una crono de 54 km.

Cuesta recordar un trazado tan variado, tan plagado de intereses, incluso históricos. Aprovechando su paso por los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial, el Tour rendirá homenaje a los diez millones de personas que fallecieron en el conflicto, entre ellos los campeones Petit-Breton (1907-08), François Faber (1909) y Octave Lapize (1910), o un ganador del Giro, Carlo Oriano (1913). Cayeron otros miles de corredores sin fama. De hecho, cada ejército tenía un cuerpo de ciclistas.

La participación es espléndida, con un único lamento: la ausencia de los mejores colombianos. No estarán Nairo (ganador del Giro), Urán (segundo), Arredondo (rey de la montaña en Italia)… Sólo habrá tres escarabajos en el cartel: Serpa, Atapuma y Acevedo, los dos últimos debutantes.

Pero volvamos a los favoritos. Contador doblegó a Froome en el Dauphiné y ambos fueron batidos por Talansky, un estadounidense que representa a la nueva generación de talentos, ninguno por encima de los 25 años: Van Garderen, Kwiatkowski, Pinot, Majka, Bardet, Sagan… En oposición a su insultante juventud aparece un glorioso batallón de veteranos: Purito (35), Valverde (34)… y el abuelo Horner (42), ahora en el Lampre.

Reto. Hay razones para la esperanza. La representación española es selecta. Contador y Valverde llegan en forma. Sólo Purito disimula y tiene excusa: se fracturó un dedo y dos costillas el 15 de mayo, en el Giro. No será fácil, no obstante. Sólo un ciclista ha culminado el propósito de Contador: ganar el Tour cinco años después de su última victoria: Bartali, que venció con diez años diferencia (1938-1948). No me iré sin citar a Nibali ni dar gracias al Tour. Por volver cada año.