Horner es el maillot rojo, pero el rival todavía se llama Nibali

El pasado mes de julio, un hombre de 70 años (sin canas) se fue de Tour con su equipo y terminó aclamado por los enloquecidos espectadores, unos 65.000. Sin embargo, nadie duda de Mick Jagger. Y resulta extraño: la actividad de los Rolling Stones debería inquietar a la raza humana mucho más que el liderato de Chris Horner, 41 años, también melenudo en su juventud.

Cumplido el primer día de descanso, Horner no es el único ciclista que amenaza un récord de longevidad. También podría batirlo Purito (34), en caso de salir vencedor, o Valverde que, de acabar primero, igualaría los registros de Rominger y Vinokourov, ganadores a los 33.

No se nos ha colado un abuelo en la discoteca. Horner es la expresión más extrema de una tendencia: los ciclistas cada vez alargan más sus carreras. Íñigo Cuesta, ahora en la organización, disputó la Vuelta 2010 con 41 años y terminó 26º (ese año también corrió el Giro, 85º). Jens Voigt se dejó ver en el pasado Tour con la misma edad. Todos ellos hacen parecer joven al viejo por excelencia, Joop Zoetemelk, que ganó el Tour a los 35 años (en su décima participación), el Mundial con 38 y la Amstel Gold Race con 40.

Seamos realistas, además. Horner, al que muchos señalan ahora como temible favorito, tiene más opciones de reventar en los Pirineos o en el Angliru que de llegar a Madrid vestido de rojo. Cierto es que cuenta con piernas, ánimo y equipo, pero le falta fondo y le sobran años. Nada ha cambiado. El primer candidato para conquistar la Vuelta es Nibali, de 28 años, último vencedor del Giro, tercero en el Tour 2011 y ganador de la Vuelta 2010.

El repaso al libro de ruta insiste en la misma idea. Aun en el caso de que Horner salga bien librado de la crono de hoy (ganó la del País Vasco en 2010, con 33 segundos sobre Purito en 22 km), tendrá que superar tres etapas durísimas en los Pirineos (la de Peyragudes de 224 km). Salvo que el líder comparta ADN con Mick Jagger, esos días le pesarán las piernas. Y todavía quedará un segundo bloque de montaña, también de tres capítulos, a culminar en el Angliru, el penúltimo día de Vuelta.

No hay razón para que Valverde o Purito estén afligidos, o lo parezcan. Alejandro se encuentra a 19 segundos de Nibali y Rodríguez a 57. A su favor juega el conocimiento del terreno y la experiencia, el viento y las trampas para osos. El mundo que falta.